Capítulo uno

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Tarde, tarde como siempre. Sara es una chica muy aplicada pero casi todo el tiempo llega tarde a clases a pesar de que le encantaba la clase de literatura, a pesar de que se vestía con lo primero que viera al bañarse como una estrella fugaz al desaparecer su esplendor sin importar que el mundo deje de ver su brillo, a pesar de no maquillar muy detallado su cutis ni preocuparse por su apariencia, siempre llegaba tarde por el simple hecho de entretenerse leyendo algún libro retándose a sí misma a leer diez páginas en menos de diez minutos, mientras toma café como loca, era parte de su rutina llevar a cabo tal acto. La espera eterna de su madre cada vez se repetía más y más para que desayunara antes de salir de casa. A veces subía a su habitación para averiguar que ya estaba despierta o seguía dormida de tanta espera que ella le brindaba, pero, siempre estaba leyendo un libro y su mamá sonreía de forma muy tierna pero al mismo momento le decía que tenía que apurarse o llegaría tarde a la universidad y de casa no saldría sin comer. Siempre la chantajeaba diciéndole que si se apresuraba en la tarde tendría un libro nuevo de la librería del centro comercial, regalos que siempre cumplía, y eso era como una melodía encantadora para los oídos de ella la cual la hacía saltar de la cama de felicidad regalándole un fuerte abrazo y esa mañana entre susurros le pidió Eterna, el tercer libro de la trilogía de la oscuridad de Guillermo del Toro. Ya estando en el comedor se saboreaba los labios luego de haber visto su plato, tortillas con mantequilla de maní derretida y un vaso de batido de banana y para finalizar un gran café con leche como tanto le encanta.

Mark estudiante de ciencias. Siempre veía a Sara con un toque de impaciencia y curiosidad. Sara la chica de cuerpo atleta, cabello largo negro, piel morena. Físicamente no tenía nada que envidiar a otras chicas. Desde lejos era el tipo de persona que con solo mirar pensaría mal sobre su forma de ser de si seria odiosa, mala persona, creída y fresa, pero, la realidad es que un error es juzgar sin conocer. Para Mark, Sara era perfecta a pesar de lo que creía sobre ella. Sus anteojos ante él la hacían ver aún más bella y verla en biblioteca leer cientos de libros lo hacía todo aún más interesante puesto a que a él también le encantaba leer. Mark por otro lado poseía unos ojos marrones un poco claros, de cuerpo definido o como dicen en los gimnasios "Cuerpo playero", cabello corto negro y de piel morena. Mark toma un libro de la gran biblioteca de la universidad pero cae en cuenta que no hay mesas vacías y se sienta en una que está Sara leyendo un libro de Nicholas Spark, titulado Lo mejor de mí. Sara lo mira intrigada pero solo se limita a toquetear la mesa con sus dedos índices

—Ese libro, es muy buena historia. Opina Mark de modo algo nervioso y titubeante.

—Oh no, no es buena, es hermosa por lo que voy de lectura. Concluye Sara con un gesto de confusión al no saber cómo actuar ante la situación que lucía ante ella.

Luego un silencio poco acogedor se insinuó ante ellos, pero Sara acabaría con ese silencio al instante.

— ¿Cómo es que se sienta en una mesa sin decir hola, o un puedo sentarme?. Después de esa interrogante a Sara se le sigue notando su calma interna, simplemente quiere saber y entender.

En ese momento Mark deja de lado el libro, levanta la mirada y se queda mirando a Sara. Los ojos de Mark se encuentran con los de ella. Sara no contiene su pesada y misteriosa mirada de momento que agacha su cabeza y deja caer su mirada hasta el final de sus pies, no podía entender cómo es que nunca no lo había visto de tan cerca y ahora teniéndolo de frente sintiera como si lo conociera de toda la vida y la pena la invadiera de manera muy imprudente sin permiso previo alguno.

—Realmente, lo siento, no había otro sitio en el cual pudiera sentarme a leer el libro, sé que debí pedir permiso pero es que la vi allí tan entretenida en el libro que no quise interrumpir porque se lo que eso molesta, pero si gusta me puedo retirar. Responde Mark un poco tímido.

No sé dañarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora