Capítulo catorce

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La familia de Mark cada día se volvía más fría y desolada, habían discusiones por el pasado referentes a Mark culpándose unos a otros por no haber estado con él, por no compartir con él por dejarlo prácticamente solo, cada una añoraba tener aunque fuese cinco minutos a su lado para decirle lo importante que es para ellos, para abrazarlo o tomar una taza de café, la casa aun no la habían empezado a reconstruir, Maribel había dicho que si no lo encontraban o daban señales de su paradero, venderían el terreno y se mudarían del país porque no podría soportar vivir más allí ya que todo le recordaba a él aunque jamás se iría de su mente y siempre seria su hijo, la policía estaba dando lo mejor que tenia pero habían otros casos y ya habían pasado dos meses y no sabía nada de él, la fiscalía quería serrar el caso porque ya había pasado mucho tiempo y habían otros casos que resolver pero había muchos oficiales que se negaban a parar la búsqueda porque querían devolver la felicidad a la familia Crawns, casi el 90% del cuerpo oficial amenazó con retirarse de pedir la baja si cerraban el caso, solo por el simple hecho de que la tierra no se traga un cuerpo, y el cuerpo no fue encontrado entre los escombros.

-2 de octubre del 2018 cumpleaños de Mark-

—Solo quiero que vuelva, quiero hacerle una torta de cumpleaños y cuando entre por esa puerta le gritemos, feliz cumpleaños, le cantemos el cumpleaños y le metamos la cara en la torta, sería gracioso, muy gracioso y seguramente el se enojaría pero se reiría luego, yo, yo trataría de hacer que la torta pareciera un libro, la vela, la vela sería un lápiz. ¿Puedes creerlo? Mark no está aquí y hoy es su cumpleaños. –Maribel deja caer su mirada al suelo- ¿Dónde está nuestro hijo? Yo se que él está bien, pero, ¿Dónde está?.

—Quisiera que esto fuese una simple pesadilla y al despertar darme cuenta que fue una pesadilla y empezar a cambiar cosas de mi y a acercarme a él, para que sepa que yo, su padre lo ama demasiado solo que no sabe expresar sus sentimientos. Dice Patrick.

-Timbre de la puerta-

—Yo voy. Dice Maribel.

Maribel va despacio hacia la puerta y el timbre vuelve a sonar y apresura un poco su paso diciendo a la vez que ya va para allá pero cuando abrió la puerta no había nadie, miro a todos lados y solo habían dos niños jugando a la pelota, recordó cuando Mark tenía esa edad y en vez de jugar con la pelota se la pasaba abriendo los aparatos eléctricos que se dañaban en la casa y empezaba a inventar cosas, una vez inventó un ventilador pequeño a base de pilas y echaba mucho fresco y cuando se iba la electricidad el lo usaba o se lo prestaba a Maribel para que no tuviese calor, ella sabía que él iba a ser muy importante en la vida, luego esa ambición por la electrónica desapareció y paso a la lectura y luego la escritura, su sueño era ser un escritor famoso, su inspiración siempre había sido John Green, siempre decía que era un escritor muy autentico y le envidia el hecho de que podía escribir un libro en primera persona, Mark siempre ha pensado que escribir un libro en primera persona es un desafío muy difícil de superar pero que él iba a intentar una mil veces hasta conseguirlo, si John pudo el también iba a poder, pero primero debía terminar un libro, el libro se llamaba Simplemente destino, para muchas personas esto podría ser tonto así lo pensaba él porque para él no era muy fácil escribir ese libro porque lo comenzó a escribir cuando conoció a una chica, una chica que le había plasmado un amor tan intenso en su corazón pero todo salió mal y el dejó de escribir porque cada palabra que escribía le dolía a pesar de que el libro no tenía nada que ver con dicha chica la cual es Ana, no, el libro simplemente era producto de su imaginación solo que le dalia el hecho de que Ana le proporcionaba inspiración e imaginación, la historia trataba sobre una chica que tuvo que irse de su casa, de su vecindario, de su país porque sus padres así lo decidieron por tantos homicidios y secuestros que en una época acontecían cada día y por seguridad tuvo que dejar todo, su vida, sus amigos y su novio pero al pasar el tiempo se dio cuenta que fue lo mejor que pudo pasarle, su novio la engañaba con su mejor amigo y sus otros amigos lo sabían, y su verdadero amor estaba en España esperándola, destino o no estaba allí con mil tiritas destrozadas en el corazón que ella volvería a unir y él unir las de ella, hasta que apareció Sara, y comenzó todo de nuevo, le devolvió las ganas de luchar, de creer, de escribir y de amar, cinco meses antes del incendio había empezado su nuevo libro, No se dañar un libro inspirado en el verdadero amor y en la vida de Sara, este lo comenzó con un poco de miedo debido a lo anterior pero cada día a cada segundo, minuto y hora Sara le demostraba que no pasaría nada malo que ella estaría con él pasara lo que pasara, cuando terminaron por malos comentarios casi destruye el libro pero no lo hizo, decidió seguir escribiéndolo a pesar del dolor, lo bueno fue que todo se arregló y volvieron ahora más unidos que nuca y pero el incendio arruino fue quien todo en esta ocasión, el libro, su rostro, su vida, o así lo pensaba él y la Sra Samanta solo le decía que aprendiera darle tiempo al mismo tiempo, Maribel miraba y miraba a todos lados y no había nadie cerca pero al mirar al suelo se da cuenta que hay un sobre blanco con una cinta azul.

No sé dañarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora