Capítulo 13

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Acababa de despertar después de la intensa sesión de sexo salvaje que habíamos tenido Camila y yo durante la tarde y noche de ayer.

La castaña se encontraba acurrucada en mi pecho, profundamente dormida, por lo que le hice caricias en su desnuda espalda y en su mejilla, consiguiendo que ronroneara y se acomodara mejor en mí.

Reí por lo bajo, era gracioso verla así, como todo un angelito, cuando hace unas horas había sido de todo menos un ángel, su habitación era la evidencia de ello.

Aun después de todo, seguía recordando la mañana de ayer, cuando vi a Sofía.

Desde el primer beso que me dio, mi corazón se calentó y, ese calor, fue invadiendo el resto de mi cuerpo, sobre todo cuando empezó con esos movimientos sobre mi zona más sensible.

Sí, había usado a Camila para desquitarme y olvidar ese momento, pero sólo había servido para lo primero.

Pensándolo mejor, no sé qué fue lo que me impulsó a salvarla de una muerte segura después de todo lo que me hizo. Seguía aún muy enfadada por todo eso porque la que casi muere aquella noche fui yo y ella en ningún momento intentó salvarme sino todo lo contrario.

Es más, incluso permití que Sofía me viese vulnerable con ese tema de que no merezco el amor por ser un monstruo. Un tema que me tiene herida desde siempre y que nunca le he mostrado a nadie porque claramente es una gran debilidad que no debe ser mostrada.

Y, para colmo, volví a creer en sus palabras aunque intente negarlo...

¿Por qué me pasa todo esto sólo con Sofía y con nadie más?

Bastante frustrada, me levanté sin despertar a Camila, la arropé, besé su frente y fui totalmente desnuda a mi habitación. Me duché, me puse una ropa cómoda y me fui directa a la cocina donde me encontré a Dinah desayunando. Parecía pensativa.

- Hola Mil Nombres - besé su mejilla y fui a servirme algo de agua - ¿qué tal todo?

- Bien, aunque no creo que me vaya mejor que a tí.

- ¿Por qué lo dices? - me apoyé en la encimera y bebí de mi vaso, mirándola.

- Bueno, después de haber estado Camila y tú durante toda la noche comiendoos continuamente el coño la una a la otra... - escupí todo el agua ante ese inesperado comentario. Ella se rió a carcajadas.

Aunque bueno... Inesperado... Hablamos de Dinah, tenía que haberlo visto venir.

- Que basta que eres a veces - le dije a la vez que limpiaba el desastre que había causado.

- Parecéis gatas en celo. En serio, a la mínima estáis siempre follando en cualquier lugar sin importar nada.

- No es mi culpa que ___ me excite con tan solo una mirada suya - apareció de la nada Camila, con una de mis camisas que le llegaba a la mitad de sus muslos y que en algún momento me habría robado.

- Es muy preocupante lo vuestro - continuó la rubia a la vez que negaba divertida y seguía comiendo.

- ¿Tú no estabas durmiendo?

- No estabas y me desperté - se acercó a mí abrazándome de la cintura y besó mi mejilla.

- Oooooh, pero que monas - dijo burlona Dinah y me señaló con la cuchara - ¿Quéreis que os deje intimidad? Por si miras a Camila y la excitas tanto que no puede contenerse, te empotra contra la encimera, te arranca la ropa y te folla con rudeza y profundidad.

- Por ahora estoy servida con lo de anoche - murmuré empezando a acalorarme al imaginarme esa escena.

Miré a Camila y ella se relamió los labios mostrando su mirada felina. Estaba segura de que ella también lo estaba imaginando y eso estaba despertando su deseo hacia mí. Tragué saliva ante eso.

Las Hijas De La Noche (Sofía Carson, Camila Cabello y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora