Las Hijas De La Noche (Sofía Carson, Camila Cabello y tú)

Capítulo 8

POV ___.

Se ha atrevido a echarme. A  MÍ. ¿Cómo ha osado?

Estuve pensando durante unos minutos. Sabía que estando fuera era muy vulnerable y tenía dos opciones:

La primera, quedarme aquí rogándole a la morena para que me abriera, perdiendo así mi orgullo y con un gran riesgo de que cualquier licántropo que hubiese en la vivieda pudiera verme y llamar a la guardia.

La segunda, la que tanto estaba dispuesta a hacer: Irme de allí y olvidarme de todo esto, de Sofía, de todo el tema mate y no volver más.

Aunque seguía el problema de que la mayoría de la guardia estaba buscándome y tenían a esas "fuerzas especiales" que desconocía.

Maldita seas Sofía Carson.

No tenía de otra. Decidí la opción que debía haber tomado hace mucho, aún a riesgo de que me descubrieran y estuviese en mayor peligro...

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- ¡Abre Sofía! Sabes que estás poniéndome en peligro y que tú también lo haces así que... ¡ábreme la puerta! - golpeaba su puerta sin cesar.

Ella no respondía.

- Sofía, ¿quieres abrirme? ¿Qué quieres? ¿que me descubran? Porque si es así... ¡¡lo estás haciendo muy bien!!

Más silencio.

- Mierda Sofía, ¡¡ÁBREME YA!!

Podría llamar la atención de cualquiera que pasara por aquí pero me daba igual, debía entrar sí o sí porque esto no se iba a quedar así. Ya no es por el hecho de perder mi orgullo o de que me descubriesen sino que este juego suyo era mucho más peligroso que mi broma y le iba a traer consecuencias muy serias.

- Pídeme perdón - escuché al otro lado de la puerta.

- ¿Por la broma? Si ha sido una tontería.

- No sólo por eso, por hacerme llorar y hacer que me sintiese tan mal.

- Vamos Sofía, si no ha sido para tanto.

De nuevo silencio.

Ya había perdido el orgullo, no iba a perder la dignidad también.

- ¡Sofía que me abras, joder! ¡Esto no es nada gracioso! - insistía golpeando continuamente la puerta.

- Tampoco lo ha sido tu broma. Ahora siente lo que yo he sentido.

Me había demostrado que era terca pero no sabía que tanto.

Se escucharon entonces unas voces masculinas que se acercaban a donde estaba.

- Maldita sea, Sofía, que vienen guardias - dije bajando la voz y la fuerza de los golpes- Ábreme de una vez porque si yo caigo tú también lo harás.

- Si te paras a pensarlo, si ven a una Hija de Noche parada en mi puerta, quien estaría en total riesgo serías tú porque estás en mi manada así que ¿a quién crees que crearían?