Capítulo 17

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Sofía se cruzó de brazos. Seguía expectante, esperando a que dijese algo pero yo no sabía bien qué decir, y no por su raro estado de cabreo hacia mí, sino porque me había quedado admirándola sin darme cuenta.

Iba vestida con una camiseta blanca de manga larga y unos pantalones negros de cuero. Ambos ajustados a su cuerpo. También llevaba unas botas negras con tacón y el pelo suelto, con ondulaciones que le daban un toque salvaje y muy sexy.

Su mirada intensa y sus tentadores labios rosados no ayudaban tampoco a concentrarme.

Sofía se dio cuenta de ello porque una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.

Moví la cabeza de un lado a otro para salir del extraño hechizo que acaba de caer con solo verla.

- Por la seriedad con la que dices tus palabras debe ser algo importante - me quité la capucha al notar que en la zona solo estaba ella.

- Lo es. Recuerdas que puedo notar tus estados de ánimo ¿verdad?

- Sí, y con eso qué.

- Siento tu enfado y malestar desde hace unas horas, al igual que noto como tu cabreo actual pasa a duda. Incluso he notado tu anterior éxtasis al verme - sonrió complacida con eso - Pero también he estado notando otras cosas que no me han gustado nada. ¿Sabes por dónde voy?

Medité unos momentos a qué podría referirse hasta que algo en mí hizo clic y sentí pánico.

- No me jodas...

- No. No te jodo cariño.

- ¿En serio también puedes notar eso?

- Así es - una sonrisa ladeada apareció en su rostro - Cuando dije que notaba tus estados de ánimo, me refería a TO-DOS. Así que iré al punto de la cuestión - su semblante volvió a ser serio - Dime quién es la zorra con la que te acostaste anoche.

Tragué en seco. ¿Cómo iba a saber yo que tu soulmate tenía la capacidad de notar también cuando te excitas y te complace alguien?

- No estoy de humor para aguantar tus exigencias Carson - saqué mi lado defensivo.

- Yo tampoco Edevane. Dime, ¿es la furcia pantera esa?

- No te permito que hables así de ella - le gruñí.

- Menos le voy a permitir yo que toque aquello que me pertenece y menos me lo robe - dio un paso en mi dirección.

- ¿Otra igual? Joder... ¡¿Por qué os pensáis todas que soy una puta posesión que pertenece a alguien?!

- ¿Cómo que otra igual? - frunció el ceño, mirándome ahora con curiosidad.

- No te concierne - gruñí - Escucha bien, no soy un objeto para que hables así de mí - di también un paso hacia ella - y menos en mi cara.

- Entonces adiéstrala para que no acapare todo y menos aquello que no es suyo - nuevo paso suyo - ¿O es que acaso no sabe lo que son las órdenes?

- Deberías saber que los felinos no acatamos órdenes - otro paso mío - Aunque siempre hay maneras de hacer que acaten lo que deseas y así es como ella ha aprendido.

- Quita esa sonrisa prepotente Edevene. No me hace ni puta gracia tus formas de hacerla obedecer si con ello acabas en su cama - gruñó dando un nuevo paso hacia mí.

- ¡Y tú deja de celarme como si fuésemos algo porque no soy nada tuyo! - un último paso mío fue suficiente para quedar cara a cara. Solo unos centímetros nos separaban.

Estaba teniendo un nuevo déjà vu.

Mismas palabras. Mismo día. Distintas personas.

Su mirada y la mía se encontraban enfrentadas. Una sonrisa misteriosa se dibujó en su rostro.

Las Hijas De La Noche (Sofía Carson, Camila Cabello y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora