Sofía se cruzó de brazos. Seguía expectante, esperando a que dijese algo pero yo no sabía bien qué decir, y no por su raro estado de cabreo hacia mí, sino porque me había quedado admirándola sin darme cuenta.
Iba vestida con una camiseta blanca de manga larga y unos pantalones negros de cuero. Ambos ajustados a su cuerpo. También llevaba unas botas negras con tacón y el pelo suelto, con ondulaciones que le daban un toque salvaje y muy sexy.
Su mirada intensa y sus tentadores labios rosados no ayudaban tampoco a concentrarme.
Sofía se dio cuenta de ello porque una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.
Moví la cabeza de un lado a otro para salir del extraño hechizo que acaba de caer con solo verla.
- Por la seriedad con la que dices tus palabras debe ser algo importante - me quité la capucha al notar que en la zona solo estaba ella.
- Lo es. Recuerdas que puedo notar tus estados de ánimo ¿verdad?
- Sí, y con eso qué.
- Siento tu enfado y malestar desde hace unas horas, al igual que noto como tu cabreo actual pasa a duda. Incluso he notado tu anterior éxtasis al verme - sonrió complacida con eso - Pero también he estado notando otras cosas que no me han gustado nada. ¿Sabes por dónde voy?
Medité unos momentos a qué podría referirse hasta que algo en mí hizo clic y sentí pánico.
- No me jodas...
- No. No te jodo cariño.
- ¿En serio también puedes notar eso?
- Así es - una sonrisa ladeada apareció en su rostro - Cuando dije que notaba tus estados de ánimo, me refería a TO-DOS. Así que iré al punto de la cuestión - su semblante volvió a ser serio - Dime quién es la zorra con la que te acostaste anoche.
Tragué en seco. ¿Cómo iba a saber yo que tu soulmate tenía la capacidad de notar también cuando te excitas y te complace alguien?
- No estoy de humor para aguantar tus exigencias Carson - saqué mi lado defensivo.
- Yo tampoco Edevane. Dime, ¿es la furcia pantera esa?
- No te permito que hables así de ella - le gruñí.
- Menos le voy a permitir yo que toque aquello que me pertenece y menos me lo robe - dio un paso en mi dirección.
- ¿Otra igual? Joder... ¡¿Por qué os pensáis todas que soy una puta posesión que pertenece a alguien?!
- ¿Cómo que otra igual? - frunció el ceño, mirándome ahora con curiosidad.
- No te concierne - gruñí - Escucha bien, no soy un objeto para que hables así de mí - di también un paso hacia ella - y menos en mi cara.
- Entonces adiéstrala para que no acapare todo y menos aquello que no es suyo - nuevo paso suyo - ¿O es que acaso no sabe lo que son las órdenes?
- Deberías saber que los felinos no acatamos órdenes - otro paso mío - Aunque siempre hay maneras de hacer que acaten lo que deseas y así es como ella ha aprendido.
- Quita esa sonrisa prepotente Edevene. No me hace ni puta gracia tus formas de hacerla obedecer si con ello acabas en su cama - gruñó dando un nuevo paso hacia mí.
- ¡Y tú deja de celarme como si fuésemos algo porque no soy nada tuyo! - un último paso mío fue suficiente para quedar cara a cara. Solo unos centímetros nos separaban.
Estaba teniendo un nuevo déjà vu.
Mismas palabras. Mismo día. Distintas personas.
Su mirada y la mía se encontraban enfrentadas. Una sonrisa misteriosa se dibujó en su rostro.
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Las Hijas De La Noche (Sofía Carson, Camila Cabello y tú)
FanfictionEn un mundo habitado por humanos, vampiros, licántropos y demonios, existía también un pequeño grupo formado por tres chicas llamadas "Las Hijas de la Noche". Como grupo, guardan secretos que ninguno de los anteriores seres conocía. Como persona, ca...