Las Hijas De La Noche (Sofía Carson, Camila Cabello y tú)

Capítulo 18

Sofía me analizaba, esperando algún tipo de reacción por mi parte ya que llevaba un buen rato callada. Eso se debía a que me había quedado perpleja ante su inesperada oferta y, aunque mi cara fuese completamente inexpresiva, mi mente sí que estaba trabajando a un ritmo vertiginoso.

¿De verdad estaba proponiéndome que fuese a su manada que es el núcleo principal de una de las más grandes facciones enemigas?

Porque una cosa era que la conociese a ella, e incluso a Paulina, y que viniese al lago sabiendo que es un lugar alejado de la zona civilizada y otra muy distinta era ir justo allí y ponerme en total peligro.

Tenía claro que Sofía me protegería si la cosa llegaba a ponerse fea pero era muy arriesgado. Aunque, por otro lado... tampoco sería la primera vez que iba.

Y ante la idea de ir allí o regresar a la guarida para volver a enfrentarme a Camila, y seguro que también a una Dinah muy cabreada y que se posicionaría a favor de ella, prefería la primera opción.

Porque no estaba preparada. No quería verla aún. Menos tener una nueva pelea de esa magnitud, solo que ahora incluyendo a Dinah en un conflicto que sabía bien cómo acabaría y para nada sería mejor a como lo habíamos hecho Camila y yo...

La morena aún mantenía la mirada en mí, esperando mi respuesta.

Estaba segura de que esperaba una negativa, como las que le he solido dar desde que la conozco. Lástima que no me conociese aún de verdad.

- ¿Y cuándo nos vamos?

Paulina me miró sorprendida mientras que a Sofía se le dibujó una sonrisa de satisfacción y de victoria.

- ¿Hablas en serio? Quiero decir, será peligroso. ¿No te preocupa ser descubierta y tener que enfrentarte a los de nuestra especie?

- No me dais ningún miedo. Al contrario, sería un buen reto - sonreí traviesa - Tampoco sería la primera vez que me enfrento a vosotros y mírame, sigo viva.

- ¿Pero eres conciente de todo a lo que te expondrías? Esto podría suponer muchas cosas para tí y para nada buenas.

- Claro que soy consciente. Por eso sé que será divertido - me encogí de hombros.

- Pero...

- ¡Deja de querer infundirle miedo para que se retracte en su decisión! - exclamó Sofía a su hermana.

- ¡Solo quería cerciorarme! - me miró para luego añadir - No dejas de sorprenderme cuñadita.

Mientras tanto, mi soulmate se acercó a mí para hablarme bajito.

- Apenas he notado duda en tí, cariño pero sí mucha incomodidad y malestar. ¿Debería preocupame? - me enternecía lo pendiente que estaba de mí, preocupándose tan dulcemente por si me pasaba algo. Me gustaba.

- No tienes por qué Sof. Solo... He recordado mi pelea con tu querida amiga la pantera - puso los ojos en blanco - Y no quiero volver aún. Quiero estar alejada de allí un tiempo - suspiré ante el inminente pedido que le haría - Si en vez de ir solo ahora me dejases pasar unos días contigo en tu manada...

Me daba vergüenza pedirle eso debido a mi reiterado comportamiento evasivo con ella por no querer hacerme cargo ni aceptar los sentimientos que le profeso, menos aún aceptar que somos soulmates. Pero necesitaba estar lejos de allí, sobre todo de Camila.

Además, quería conocer a mi lobita.

Pero a pesar de eso, a Sofía se le iluminó la cara con mi contraoferta.

- No sabes lo feliz que me hace que salga eso de tí - besó mi mejilla.

- ¿Eso es un sí?

- ¿Tú que crees?