Capítulo 25

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Pov Dinah.

Dos semanas habían transcurrido desde que descubrí a ___ besándose con una de esos sucios y rastreros perros.

Descubrir eso no solo me enfureció sino que también provocó que me decepcionase pues ___ era mi ejemplo a seguir y me había defraudado con esa puñalada trapera que nos había dado tanto a Camila como a mi.

Precisamente ella fue quien les declaró la guerra al conocer lo que le habían hecho a Camila y, aún así, quebrantó toda clase de reglas, desde la de no revelar nuestra identidad hasta la de no relacionarnos con ellos. Y menos en esos términos.

Tampoco podía darle el beneficio de la duda o justificar su comportamiento como si todo fuese algún tipo de plan macabro que haya creado a nuestras espaldas por diversión.

Era imposible.

Desde lo que sucedió con esa tonta bebé con la que ___ jugó hace años, no nos acercábamos ya ni a ellos ni a su territorio. No porque no quisiéramos sino porque la innombrable, al enterarse de lo que hicimos por culpa de la exagerada emoción que Camila mostró al conocer los sucesos finales del juego, nos impuso esa regla.

Solo podíamos acercarnos a ellos para asesinarlos.

Pero ___ había eludido completamente esa regla y de la forma más nefasta existente. Sin olvidar la naturalidad con la que había tratado después a Camila, como si nada hubiese pasado. Como si el propio hecho de haberse visto sorprendida por mi fuese una mera tontería sin importancia.

Aun así, una pregunta rondaba mi cabeza: ¿Desde cuándo había estado pasando?

Debía admitir que ___ era muy buena ocultando cosas pero odiaba que me hubiese visto la cara de estúpida todo este tiempo. Aunque la peor no era yo sino Camila.

Ella no se merecía nada de esto. Era una total traición hacia nosotras. Pero más para Camila teniendo en cuenta su trágica historia.

Cuando se enterase iba a sufrir muchísimo, más de lo que ya lo hizo  cuando tuvieron esa fuerte pelea...

En estas dos semanas, ___ había estado muy cariñosa con Camila mientras que ésta se hallaba en las nubes, feliz de saber que su amor la correspondía. Ahora vivía en un mundo de fantasía y de color de rosas que la cegaban de todas las mentiras que la ojigris decía.

En cambio, entre ___ y yo las cosas eran muy distintas. No hablábamos. Y si debía hacerlo lo hacía mediante palabras envenenadas o frases para nada sutiles que producían en ella incomodidad o evasión hacia mi.

En ningún momento Camila se daba cuenta de mis insinuaciones y era frustrante porque ya estaba harta de esta farsa.

Por mi, ya le hubiese dado más una paliza pero alguien me había hecho ver que debía actuar con cabeza.


*Flashback*

- Deberías relajarte un poco Dinah - golpeé otra vez con el puño y con ira el tronco de un árbol, haciendo que parte de su corteza cayese al suelo.

- ¡¿Cómo quieres que me tranquilice cuando sabes que he visto a una de mis hermanas besándose con una loba?! - nuevo golpe - ¡CON UNA DE ELLOS, MALDITA SEA! - pegué repetidas veces más al árbol. Necesitaba desquitarme.

Las Hijas De La Noche (Sofía Carson, Camila Cabello y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora