Una historia romantica donde un amor del pasado vuelve de un planeta lejano para ver si ese amor aun puede floreser. Pero para lograrlo necesia enfrentarse con muchos oponentes y un obscuro pasado.
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No se que estoy haciendo... Mi cuerpo se mueve solo, pero se siente bien al mismo tiempo, tocar su rostro, pasarlo con suavidad con las yemas de mis dedos, bajar hasta sus labios carnosos y finos con una sensación de unirlos con los míos... Con delicadeza agachó la cabeza para no despertarlo... Solo a centímetros de los suyos...
Siento una almohada posar mis labios, son sueves y dulces... Una sensación adicta en la cual no me puedo separar y por alguna razón le era familiar, siento movimientos tímidos con ritmos, los seguí por instinto, de una beso sueve paso a uno con un poco de intensidad, como si uno de ellos no quisiera pasarlo a otros estribos...
Sin pensarlo se separó de aquellos labios que lo enloquesian solo para divisar que debajo suyo se encontraba una persona con las mejillas tiñendose de un color rosa que le resaltaba el tono de su piel, sus ojos iluminando se por el rayo del sol del medio día salir por la ventana, ambos se miraron con detalle y lujo pero por sorpresa del sayayin criado en la tierra, Vegeta colocó ambas manos al rededor de su cuello y con presión lo llevó a su rostro para poder darle otro beso.
La escena era maravillosa, pero una recuerdo crudo le llegó a la mente...
Gritos de agonía, risas diabólicas, el sufrimiento le llegó otra vez a la cabeza.
Que por instinto empujó a Kakaroto muy lejos de la cama, pero el contrario muy confundido temió por haber hecho algo que no debía.
- Vegeta, yo no... Quería hacer eso, yo solo... - Tartamudeo sin idear un plan o excusa para que no le dieran un pueñete por aquella acción que iso.
- ¡Quiero que te largues de aquí de una vez! - Gritó a mas no poder, el solo recordar lo que le isisero hace la mucho tiempo le causa temor.
Obio en una situación como esta uno saldria corriendo haci como lo iso nuestro querido Goku... Justo en ese instante tocan la puerta concluyendo que su hijo había llegado, bajo por la escaleras y abrió la puerta encontrándose con su hijo muy animado.
- Hola papá, ¿Cómo estas? - Pregunto sonriente al entrar a su casa y dejando su mochila en un costado del sofá.
- Todo estuvo bien hijo... - Respondió con inexactitud por lo que ocurrió hace no más de 2 minutos - Espera en la mesa mientras sirvo el almuerzo si? -
-Si papá pero... ¿El Señor Vegeta no vendrá a almorzar con nosotros? - Preguntó con sierta duda.
- No lo sé hijo, ¿Puedes ir a preguntar, por favor? - Respondió con un poco de temor.
Sin más que decir fue a la habitación en donde creyó que estaba Vegeta y acertó, tocó la puerta esperando una respuesta pero no pasó nada, volvió a repetir la acción pero nada, con preocupación abrió la puerta despacio y encontró a Vegeta en el pequeño balcón.
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