Seduciendo a Jeanie.

Capitulo Uno -La curiosidad aún no a matado al gato.

Es de todo cierto que los hombres somos unos imbeciles y tercos.

Ya verán porque lo digo...

Ciertamente hace tiempo que he querido soltar aquel pasado que hace nueve años me vienen atormentando. La verdad es que, del amor de Romeo y Julieta no vivo.

Soy un lobo solitario que busca su cacería en aquellas noches de aventura -ustedes me entenderán-, y no sé de dónde surgió hacer así de mi.

Saber que soy ajeno al amor porque no quice saber sobre el después de...si, aquel suceso que no me gusta mencionar pero por la circunstancias le llamaremos: El amor muerto.

Mi primer amor murió a los doce año, cuando era un crillo con algunas muelas de leche y la carne pegada a los huesos con cara de cachorrito...

Ya se imaginara...

Además, ¿Que hay de aquel dolor que te deja el amor cuando se ha marchado?

Mi primer amor no fue una chica...fue más bien algo muy diferente, y basto con eso para que tuviera cierta mirada despectiva hacía el AMOR.

Hay un pasado detrás de todo esto, un pasado que me deja sin palabras y humedece mis ojos, hunde mi corazón y hace estallar mi interior en pedazos.

***

Era Jueves, típico día para sufrir de una crisis post-estudios. Y nada más estresante que tener que cargar con el día largo de ese día y aún peor cuando no no dejaban salir a ningún estudiante por razones de seguridad..."razones de seguridad"

Aja...

Era hora del almuerzo, estaba con dos amigos míos. Los dos muy pervesos hablan de chicas y yo, por mi lado no quito la mirada del palidezco rostro, cabello castaño, ojos opacados por unos lentes y bueno, no tenía mucho que decir de aquella tipa que si mal no me equivoco la conozco por su preciado nombre, Jeanie.

Ahí esta la tipa de nuevo mordiendo su meñique mientras entierra sus ojos en aquel libro. La curiosidad me atrapa porque parece una presa exótica y nunca antes vista...

A decir verdad no podía decirle nerd, marginada, porque no era ninguna de esas.

-Oye Leo, ¿Estas de acuerdo de que Lorena se ha operado los pechos? -Dice la vos de Jonny.

-No lo creo -Responde Carl.

-Oye Leo, ¡Aquí! -Dice chasqueando los dedos haciendo que me salga de cualquier pensamiento perverso -¿Estas aquí o haya?

-Yo creo que esta haya -Responde Carl -¿A quién mirabas?

Me vuelvo a ellos y les dedico una sonrisa coqueta.

-¡Uuh! -Dice Car -¿Nueva presa?

-¿Y tú que crees perverso? -Le digo dándono el el hombro con delicadeza.

Era cierto que aquella chica me habia conmovido pero también era cierto que aquella chica no era mi tipo.

No era aquella chica extrovertida y coqueta, vestía unos vaqueros flojos, una camisa negra hajada y unos Converse color negro, llevaba el cabello caído por ambos hombros, sin peinarse, sus ojos azules resaltaban en aquella mirada palida sin maquillaje que le corrigiera algunas imperfecciones. No era esa mi tipo, aunque ha decir verdad, sus caderas sobresalen y me gusta, sus pechos no son con un par de picadas de abeja, son como dos montañas

-Leo, tú que te llevas muy bien con Lorena, ¿Verdad que tiene operados los pechos? -Me dice Jonny insistente.

-emmm no -Respondo sin desviar la mirada de la chica que ha cerrado el libro y se ha levando de su asiento decida a marcharse a otro lugar, coge su bolso y se encamina hacía la salida del comedor.