Seduciendo a Jeanie.

Capítulo Veinte: Esto no es un rompimiento.

Nuestras miradas se tornan completamente débiles. Estoy dudando de mi y de lo que el.futuro me quiera dar a entender con esto pero supongo que esto no ha sido la gran cosa, jamás acepte su cariño, amor. Sin embargo aquella noche en la playa me demostro lo mucho que me apreciaba y yo, yo siempre arruino todo porque he tenido sexo con otra y se lo he confesado. Literalmente esto es muy feo, me apena, me avergüenzo. Y es por eso que debo dejarla volar para no lastimarla más. Ella tenía razón y yo jamás le hice caso. Es cierto, ambos nos hacemos daño, ambos no funcionamos, ella vivió ilusiones que yo le rompí de inmediato. A eso me temia porque soy Leo, Leo el sin sentimientos, capaz de hacer daño a una flor de campo.

Además no sé que siento por ella, no entiendo esto, me enredo y me estreso, me frustro, me enloquece, me enoja, me molesta, me mata por dentro el recordar esas imagenes. Se que ella vive un pasado doloroso que se esconde como una sombra por las calles oscuras que habitan en el corazón y memoria de Jeanie.Sin embargo yo vivo lo mismo, soy incapaz de sentir cariño por ella porque su mirada me recuerda a ella. Son identicas...son muy parecidas. Sus ojos azules penetrantes hacen contraste con su mirada palidezca y opacada pero hermosa. Sus labios rojizos son dulces y me encantan, podria pasar toda una eternidad bsando sus labios, acariciando su piel, susurrando su nombre al compás de nuestras respiraciones.

Ahora todo se torna oscuro, la tormaneta me abraza, me musita lo mucho que dolera, me toma por det´ras y me clava una estaca. El corazón se me encoge, se hunde y se quierbra en pedacitos, la sangre recorre el exterior de un mundo cruel y perverso que le rodea. La frialdad de la oscuridad me cega y me mata internamente.

-No podemos vivir en un mundo dónde no pertencemos -Le dio en un holo d evos que se quiebra poco a poco - porque ambos sabemos que eso nos afecta.

Por que ambos sabemos que nuestros mundos son diferentes, porque sabemos que una ñágrima corta la respiación del otro, porque el aroma dulce y femenino de su piel me incita a lo prohibido, porque sus labios que llaman la tentación son los labios del demonio encarnados en ella, porque ella me hechiza, porque ella ha sido una intriga   que aún carga misterios, porque es Jeanie Gilbert  la debo dejar ir.

-Te lo advertí -Reprocha - te lo dije.

-Caray -Me rasco la cabeza.

-Leo date cuentas que no podemos, que no lo vamos a poder hacer...porque es imposible, porque yo soy el soy y tú eres aquel niño que deseo volar más allá y en este caso, tú corazón se derrite al tocar la superficie a lo que evidentemente eres ajeno. El amor.

Oh Dios, ella lo ha dicho con mucha razón. Ahora no hay más que hacer sí mi corazón esta totalmente derretido por acercase al sol.

-No tiene sentido -Le respondo.

-No me importa que tiene o no tiene sentido -Dice a la vez -¿Crees que me va a importar perderte?, Leo, eso es uno de mis defectos, que no me importa nada porque al final de cuentas...Leo, el tiempo nos dira que hacer con nuestras vidas.

-¿Y tu quieres esto Jeanie?, ¿Lo deseas?

-No seas terco hombre. Fijáte en el daño que nos causas, basta ya y deja de insistir. En fin, yo ya lo veía escrito que no iba a funcionar, desde que te fuiste a Milán sabía que todo iba a fallar.

-Tienes razón. Sin embargo tú jamás lo aceptaste, ¿Como me vienes a pedir confianza cuando tú no me compartes tus secretos más oscuros? -Le digo.