La mañana estaba reluciente.
En pocas palabras: Ella no estaba, no dejo nota alguna, ningun mensaje...ella había escapado de nuevo. Cogí mi celular y marque su numero: <<El número que acaba de marcar esta fuera de servicio, marque uno si desea dejar un mensaje de vos, marque cero si deasea salir>>. Marco la tecla de uno, <<Grabe su mensaje despues del tono: "Bippppppp">>
-Hola Jeanie, habla Leo -Digo -¿Nos podemos ver?, necesito hablar contigo...vale, me marcas. Adiós.
Deje el telefono a un lado, tiendo la cama (rara vez lo hago) y luego tomo un largo baño. Estaba confundido y con temor. Ella era mi obseción, la quería solo para mi, ahora ella me había encendido la luz verde y yo no podía parar pero para eso debía de hablar. Era un obsesión asfixiante. Aún recuerdo su aroma a nardos, dulce pero amargo al besar su piel. ¿Se abra arrepentido?, quiero verla pero no. No contesta.
-¿Leo? -Dice mi madre. ¡Mierda! quizá Jeanie no contesta porque mis padres la pillarón saliendo de mi dormitorio y seguro la agredieron...¡Santo Dios!
-Madre -Digo con serenidad abriendo la puerta.
-El desayuno esta casi listo.
-Vale, ya bajo solo termino de vestir -Digo cerrando la puerta. Aún estaba en duda. Le marque una y dos veces más pero solo al buzón de vos.
¡Ya! no le marcare más, debo de calmarme. Me encuentro muy ¿alocado?, ¿impulsivo?. Respiro hondo antes de cruzar la puerta de mi dormitorio. Bajo las escaleras y voy al comedor.
-Buen provecho -Digo viendo que han comenzado sin mi.
-Gracias -Dice mi madre. Por lo tanto la tonta de mi hermana y mi extraño papá solamente asintieron pero eso me dio igual. Después de comer, ayude a Yolanda, la criada a ordenar la mesa.
-Gracias Leo.
-De nada Yolanda, ya sabe. -Digo con amabilidad.
Subo a mi dormitorio a seguir leyendo 50 sombras. Ese libro era mi pasatiempo favorito cuando me encotraba sin hacer nada productivo.
-¡Santo Dios! -Digo llevando mi mano a la boca, estaba impactado con lo que acababa de leer. -¡Anastasia! -Grito emocionado. En serio, estaba emocionado. Y así pase durante toda la tarde, hasta que cayó la noche. Recordé a Jeanie. Ella no me daba señal de vida. ¡Dios!, que intriga con esta chica. Le marco de nuevo y si, al buzón de vos. ¿Le marco a Eva o no?
-Hola Eva.
-Hola Leo.
-¿Sabes dónde puedo encontrar a Jeanie?
-¡Ja!, quien sabe dónde este, ella siempre es tan fungitiva -Dice en tono de risa -eso sí, no la he visto desde anoche, es como un gato que desaparece y vuelve a casa como una rosa.
-Ah, bien gracias.
-Adiós.
¡Mierda!, que chica. Apuño mis manos, estaba molesto. Y por el simple echo que se va sin explicaciones.
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Seduciendo a Jeanie.
Teen FictionPor que la seducción no solo es una seducción sexual, si no una seducción que llama a lo prohibido, al pecado...al amor. Sin embargo un pasado se esconde en las oscuras calles dónde habita el miedo, oscuros secretos y el deseo.