Capitulo Ocho: Sueños Húmedos.

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Parpadé un par de veces, <<Es de Carl>>, o sea, aún no procesaba aquello tan inmenso, tan sólido y tan inesperable que en el fondo me hacía brincar y brincar de la alegría pero todo tenía su explicación.

-A ver, ¿Quieres explicarte?

-Tuve relaciones contigo ¿no?, pues ese mes si me vino la menstruación pero luego de eso tuve relaciones con Carl ¿si? y bueno en la confusión te culpe a ti pero no es cierto, Carl es el padre.

-¿De acuerdo? - Digo con desdén. - ¿Que más?

-¿Qué ? - Dice desconcertada.

-¿Ya lo saben tus padres?

-Si.

-Pues, te deseo la mejor de las suertes, y te soy sincero, yo jamás iba a hacerme cargo de un accidente.

-Pues espero que razones lo que acabas de decir - Dice limpiando sus lágrimas que de sus cristalizados ojos de derramaban. -hasta luego y perdón por los moretones que te ha dejado mi hermano.

-Vale, no importa - Digo llevando mi mano a la barbilla.

                                ***

Después de eso, le dije a mi padre la situación pero como era de esperarlo ahi estaba su desaprobación. Sin decir mas deje de discutir sobre eso, sabía que no era la salida, él solo quería el dinero de sus vinos franceses y ya.

Asi es mi familia.

Durante los últimos tres días tuve sueños muy estremecedores. Hablo en serio. Y Jeanie era parte de todos ellos.

La primera noche, recuerdo ver leído más sobre cincuenta sombras <<había comprado el segundo libro>>. Apagué la luz de la lámpara de la mesita de noche y entre la oscuridad mis parpados callerón dormidos en un inmenso precipicio de sueños eróticos.

Sus besos eran cálidos y ruborizantes, excitantes. Sus leves gemidos me advertian de lo que pronto se aproximaba entre nosotros. Su cálida y suave piel que entrando en contacto con mis labios se erizaba. Sus ojos eran brillantes y pedían sexo a gritos, esa mirada llena de excitación pedia penetración abundante para que aquella chica se ahogara en sus propios gemidos llenos de placer. Aquella calida noche, donde el sudor con aroma a perfume varonil que despedia su pecho se deslizaba en aquellas bellas montañas llamados senos, aquellos labios carnosos, rojizos y hermosos habían besado los mios y aquellas manos, habian acariciado mi cuerpo y aquella respiración agitada que concluia toda su satisfacción alcanzada. Aquella noche era el secreto de mis sueños.

-Leo, dame más.

Sin decir nada arrebate sus labios con un inmenso beso, la tome del cabello y la lleve conmigo, rodeé mis manos en su abdomen, sintiendo sus costillas luego subí mas hasta encontrarme con sus senos. Apegandola más logré penetración que ella mas añoraba. Llegando al climax en un grito ahogado, ella separo sus piernas y soltó una risita de satisfacción, llevo sus dedos a su boca y con provocación las chupo. Finalmente aquellos dedos siguieron con su juego de orgasmos, su clitoris le brindaba mas.  Me aproxime a ella y la bese entre lengua para finalmente suspirar y sonreir, había tenido sexo.

Al despertar, estaba muy excitado, mis mejillas ardian, mi amiguto estaba muy <<feliz>> y mis boxers estaban manchados.

-Mierda, ¿Que?.

Me mire al espejo y si, ese era yo. Sonrojado. Me enguajé la cara y cambie mi ropa interior luego de darme una ducha. Era Lunes y bueno, estaba suspendido. Ahi me encontraba un lunes sin hacer nada pero obvio, esas imagenes sobre aquel sueño inundaba mi cabeza. Estaba completamente seguro que era Jeanie.

Seduciendo a Jeanie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora