Flores

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Los árboles de cerezos estaban cargados de bellas flores rosadas. Mismas que, por culpa de la brisa de primavera, tenían un manto rosado en las calles.

Caminando sobre ellas, con una pasmada sonrisa en su rostro, Sakura Kinomoto, avanzaba hacia el lugar en donde el chico que tanto quería, la esperaba.

Volver a verlo estaba provocando que su pulso se acelerara y que no pudiera gobernar la rapidez con la que daba los pasos.

No podía pensar en nada, solo en asegurarse que la imagen frente a ella fuera real, tan real que, al rodearlo con sus brazos, no fuera capaz de atravesarla.

Estaba feliz. No podía contener sus lágrimas de felicidad, al verlo, al sentirlo con ella, una vez más...

Sin dudas, aquel día fue uno de los mejores de su vida...

...

Un delicado pétalo cayó sobre su nariz, haciéndola regresar a la realidad. Sacudió la cabeza al verse absorta de aquel bello recuerdo.

—¿Estás bien? —le preguntó, una voz a su lado, ella dirigió sorprendida su mirada, pero enseguida sonrió.

—Lo estoy —afirmó, cerrando los ojos—. Solo que la lluvia de pétalos me transportó al inicio de la secundaria —y tras decir eso, lo miró fijamente, provocando que las mejillas del chico que la acompañaba se pudieran rojas. Amaba que ese detalle no desapareciera de él, ni con el paso de los años.

—Ya veo —fue lo único que dijo, pero no podía negarle que, con solo cerrar sus ojos, podía también remontarse a aquel recuerdo.

Su reencuentro bajo la lluvia de pétalos de las flores más bonitas que él había visto en toda su vida.

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