Perdida

313 26 1
                                    


Fictober

Nº6

Pérdida

...

Sakura estaba ansiosa.

Era la primera vez que hacía en su casa uno de los platillos que había aprendido en el instituto, donde ella estudiaba Gastronomía. Pero, es que no era cualquier fecha, hoy cumplía seis meses de casada con Shaoran y habían sido los meses más felices de su vida.

Cada día, afirmaba más que había tomado la decisión correcta.

Además, que la cocina en su nueva casa era tan espaciosa, que disfrutaba mucho, cuando tenía el tiempo, para hacer preparaciones algo elaboradas.

Tras colocar las papas a gratinar en el horno junto con el asado alemán, empezó a limpiar y lavar todo lo que había utilizado. Mientras se secaba las manos, se acercó al pote blanco donde había guardado su alianza de bodas, antes de empezar a mezclar la carne molida, y paf... ¡No estaba!

¿Acaso la había perdido? ¡Su alianza no podía estar perdida! Ella se la había quitado para no mancharla, ¿y la pierde?

Estaba por entrar en crisis, cuando recordó algo muy importante.

Sakura cerró los ojos y se concentró, entrelazó las manos frente a ella y levantó los dedos índices pegados. Shaoran le había enseñado a localizar objetos, hace un par de meses.

No muy lejos de donde ella estaba, brilló algo en energía rosada.

—¡Te encontré! —exclamó, saliendo de su pose de concentración para dirigirse hasta el lugar que brillaba. Ahí, a los pies del sillón de la sala, estaba su alianza— ¿Cómo llegaste ahí? —le preguntó, antes de colocársela. Quizás debería volver al viejo truco de colocársela en un collar, si es que el anillo dejaba su mano izquierda por cualquier motivo.

Cuando Shaoran llegó esa tarde, cansado de las clases de la universidad. Sakura lo recibió con un abrazo efusivo, al punto que el chico casi pierde el equilibrio.

—¡Soy tan afortunada de tenerte! ¡Estaría totalmente perdida sin ti!

—Yo soy el afortunado, Sakura —le dijo, abrazando a su esposa por la cintura.

—No —negó con la cabeza y lo miró, aun aferrada al cuello de su marido—, soy yo. ¡Y no te imaginas cuanto! 

Junto a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora