Twister

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Aquella tarde parecía ser una normal tarde de domingo rodeado de libros de estudios en el departamento de Shaoran. Sakura solo podía girar sus ojos agotada de tantas letras y números. ¿Cómo entraba toda esa información en la mente de Shaoran? Nunca lo sabría.

Estaba tratando de concentrarse entre tantos «senos y cosenos» cuando el timbre, la liberó del estrés por un momento, cayendo desplomada sobre la mesa de centro, en cuanto Shaoran se levantó a responder.

Sakura desde su posición podía escuchar la voz de un repartidor de encomiendas, curiosa como solo ella era, se incorporó para luego levantarse. Cuando se acercó a Shaoran, éste cargaba en sus manos, un paquete cubierto con papel madera.

—¿Quién lo envía? —le preguntó. El joven, con el ceño fruncido observaba por todos lados, pero no tenía un remitente. Es decir, que ese repartidor estaba trabajando para un privado.

—No lo sé, pero por las dudas, estate en guardia. —le dijo colocando el paquete en el suelo, para luego empezar a abrirla. Cuando el papel fue quitado se encontraron con una caja de Twister —¿Qué rayos? —preguntó confundido en cuanto Sakura lo levantó del suelo.

—Ah, ¡juguemos! —pidió Sakura emocionada con la caja de juegos en mano. La verdad, cualquier cosa era mejor que estar viendo trigonometría.

Ante la alegría de su prometida, no se pudo negar y con un movimiento de hombros, le indicó que estaba de acuerdo.

Abrieron la caja y observando la pantalla táctil que venía con ella, leyeron las instrucciones.

Solo tenían que decir la palabra «Twister» y la pantalla le mostraría «Mano o Pie» y el color que debían tocar.

Empezaron, nada complicado. Mano roja por aquí, pie verde por allá. Pero, con el correr de las órdenes, comenzaron a sentirse un tanto... incomodos.

No sabían bien si era los primeros días de verano que empezaban a elevar la temperatura del ambiente o era la posición en la que se encontraban. Sakura realmente estaba mostrando lo flexible que podría llegar a ser sobre Shaoran, sus rostros muy cerca, mirándose a los ojos con una sonrisa nerviosa en sus labios.

¿Qué era lo que les estaba pasando? Habia mucha curiosidad en ambas miradas silenciosas.

Pero el silencio fue arruinado por el pequeño computador del juego que anunciaba que los que estaban en posición eran los ganadores.

La ruptura brusca del silencio, generó que Shaoran perdiera el control de su cuerpo y cayera sobre la alfombra de círculos de colores, arrastrando a Sakura con él.

Ambos quedaron en el suelo, uno en brazos del otro y cuando se miraron, supieron que ese abrazo, por primera vez, se sentía diferente.

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