Junto a Ti

Reencarnación

Sakura y Shaoran estaban acostados en su cama, mirando la televisión. En ella, se podía ver un programa de investigación paranormal con el tema de la semana «Reencarnación»

Ambos castaños estaban bastante atentos a lo que el documental narraba, después de todo, en sus vidas el tema de la reencarnación no pasaba desapercibido.

Cuando el programa terminó, Sakura se dirigió a la cocina a prepararse un café para ella y un chocolate caliente para Shaoran. Se sentaron en el sillón a degustarlo con un trozo de tarta y ahí, cuando Shaoran estaba a punto de darle el primer mordisco a la tarta, Sakura soltó la pregunta que rondaba en su cabeza desde que terminó el programa.

—¿Crees en la reencarnación? —la ceja derecha de Shaoran se alzó en confusión.

—Me extraña que preguntes eso —comentó, dejando el pastel en su plato nuevamente, para luego silbar. En cuestión de segundos, el pequeño Shiba Inu salió de la sala de juegos con dirección a su amo—. Nuestro pequeño Clow debería dejarte claro que sí creo en ella.

—Lo sé —dijo, evitando que el perro comiera del pastel, lo tomó en brazos para acariciarlo—. Pero más allá de lo que sucedió con Eriol y Clow... —apretó los labios mientras pensaba como decirle lo que creía—. Verás, ¿crees que nosotros estaríamos juntos en otra vida? ¿Qué otro Shaoran y otra Sakura también se conozcan en otra realidad?

Shaoran la miró fijamente, realmente se podía notar en la cara de Sakura que esa era una pregunta muy profunda para ella.

—Bueno —se cruzó de brazos, tratando de encontrar una respuesta acorde—, quizás sí, quizás existan otras realidades donde nuestras almas se conozcan en otras dimensiones... ¿Pero sabes? También dicen que hay ocasiones donde en nuestra vida hacemos algo que imposibilita que se vuelva a repetir un mismo patrón.

—¿Quieres decir que, en otra realidad, podemos querernos, pero no estar juntos?

—Probablemente —afirmó, al ver que Sakura abrazaba al cachorro con fuerza, ocultando su mirada, decidió agregar—. Si es así, entonces nosotros debemos vivir al máximo.

—¿Al máximo? —preguntó confundida.

—Así es —volvió a afirmar con la cabeza—, para que ese Shaoran y esa Sakura que quieren estar juntos y no pueden, tengan menos carga en su espalda, debemos hacer que ese sacrificio de ellos, valga la pena estando juntos y felices nosotros —cuando Sakura lo volvió a ver, Shaoran tenía en su rostro, una bella sonrisa.

—¡Tienes razón! —dijo, dejando al cachorro en el suelo para tomar su taza de café y acercársela a Shaoran—. Seamos felices por los otros yo nuestros que no pueden.

—¡Me encanta esa idea!