THE INMORTAL (Borrador)

Capítulo 29

Salvador estaba tomando el té con el hombre misterioso, hasta que decide dejar su taza de te en la mesa y empieza a hablar:

- Tenemos a un infiltrado en la mision, que nos informa de todo.

- ¿Y ya saben donde esta la princesa? - dijo el hombre misterioso.

- ¡De eso me encargo yo, no por nada es mi hermana gemela! - dijo Anne-Marie interrumpiendo la conversación entre Salvador y el hombre misterioso.

- Ademas mi prima Cate se encargara de encontrar a mi hermana, una princesa en apuros - agregó ella.
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(NADIE SABE QUE MAS ESTARAN TRAMANDO ESE TRIO DE PERSONAS, NI YO MISMO LO SE Y ESO QUE YO SOY EL CREADOR DE ESTA HISTORIA)
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Bart se acercaba cada vez más hacia los tres en un modo sigiloso y cuando estaba cada vez más cerca de sus presas quiso embestirlos con su espada, y de repente algo le empezó a pasar a Bart que lo dejó inmovilizado que no pudo atacar a sus amigos.

Pero no sólo fue Bart, sino también Cate y Erick.

Alguien estaba controlando los movimientos de ellos tres, parecía magia hasta que una explosión de luz los hizo saltar a todos, hacia los lados del bosque alejandolos del lugar en el que se encontraban desde un inicio.

-¿Están todos bien? - preguntó Beatriz alterada por lo que acababa de ocurrir.

- ¿Qué es todo esto que tengo en el rostro y en los brazos? - preguntó Bart angustiado y asustado por lo que había pasado hace unos instantes.

No pudimos responder nada, porque todavía estábamos aturdido por la explosión de luz cegadora, pero dedujimos que era sangre.

-¿Alguien me puede explicar lo que realmente paso? - preguntó Cate.

De repente me levanté luego de haber sido expulsado por los aires gracias a esa explosión, inmediatamente después Beatriz se desmayo.

-¡Que alguien me responda porqué tengo sangre encima! - gritó Bart, pero luego mostró una expresión de agobio, sus ojos los tenía muy abiertos.

Anna, Joseph y Rose llegaron de repente y apreciaron lo sucedido, intentando disimular lo que también ellos habían experimentado en el bosque, de donde estaban saliendo.

- ¿Beatriz, estas bien? - añadí - ¡Necesito que me digas algo, despiertate!

Imediatamente después que Beatriz se desmayara yo acudí a verla, sin importarme los demás, estaba angustiado por saber lo que le había pasado, por más que le suplicaba que se despertará y que me respondiera, pero aún asi, no emitía ningún sonido, ni una palabra.

-¿Quienes sois ustedes y que quieren? - preguntó un hombre totalmente descalzo y con un especie de trinche hecho a mano.

- Estamos en busca de la princesa real, la han raptado y parece ser que nadie la ha visto, nadie nos da ninguna informacion valida - dijo Anna, acercandose poco a poco al hombre totalmente descalzo.

Necesitabamos encontrar a la prima de Cate, ya que no me sentía comodo estando cerca de ella, teniendola tan cerca que podria pasarle la espada por el corazon, ella que me arrebato al amor de mi vida matándola y poniendome una maldicion injusta a la que es imposible cumplirlo, mientras tanto mi hermano Ian se acerca hasta donde estamos nosotros corriendo, pero de una manera muy agitada.

- Salvador quiso que llegara a ubicarlos porque ha encontrado una pista respecto a la princesa - dijo Ian muy agitado, que apenas se lograba entenderle.

Mi hermano nos acompaño en todo el trayecto, logrando nos ubicar por el camino correcto, hasta que Joseph logro escuchar unos gritos raros en los que se distinguia una voz muy fina y apenas se lograba escuchar.

-Acabo de distinguir una voz y esta pidiendo ayuda - dijo Bart con una expresión en su rostro muy seria, que es dificil lograr olvidarlo.

Luego de estar caminando tras esa indistinguible voz, en efecto, era la voz de una niña pidiendo socorro, pero lo que nos extraño ver, es como pudo identificar la voz de la princesa estando ubicados a varios kilometros. Todavia seguía confundido, esto no es la primera vez que ocurre acontecimientos inexplicables, y necesitaba saber que estaba sucediendo.

"Prometí estar muy alerta la proxima vez que sucedieran cosas inexplicables" dije hacia mis adentros evitando a los demás que pudieran escucharme, ya empezaba a desconfiar de todos, hasta de mi propio hermano.

Tenía un presentimiento muy malo, es como si presintiera que alguien nos pudiera traicionar, después de todo este tiempo de entrenamiento y de pasar momentos inolvidables como compañeros y más que eso como un equipo consolidados como si fuésemos uno solo.

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Mientras tanto, en otra parte del mundo estaba Salvador con un comunicador de radio en la mano derecha comunicándose con una persona en especial.

-¡Pudiste encontrarla! - dijo Salvador.
- Ha sido un trabajo complicado, pero al final nos ha dejado una pequeña pista que apenas pude distinguir - dijo Ian

-¿Y con respecto al otro tabajo? - añadió Salvador - ¿Pudiste encontrarlo?
- ¡Tengo lo que el jefe quiere, y confirmale que podemos iniciar la operación! - respondió Ian.