-¡Así que por fin te decidiste en aparecer! - se oyó una voz a lo lejos, y como el salón principal era tan grande, que hasta podía escuchar sus eco zumbando por las paredes.
Mi padre se estaba acercando junto con su gran amigo, el coronel Salazar, pero él tenía una mirada fulminante. El poseía el hábito de decirlo todo con una mirada, antes de cada castigo lo hacía, hasta que nacieron las gemelas y ese hábito desapareció por completo, salvo ese día, que lo volví recordar.
-¡Ahí estas padre! Te estaba buscando, quiero presentarte a alguien - se lo mencioné, sin importarme que quién estaba por su lado derecho, era nada menos que el Coronel Salazar, conjuntamente con su esposa.
-¡Es un placer conocerlos caballeros! - dijo Trinna estrechándoles su mano derecho, pero nadie quería estrecharle la mano para saludarle.
-¿Porqué no vas a saludar a mi hija al salón principal? - dijo el coronel Salazar interrumpiendo el momento tenso entre mi padre y Trinna.
-¡Claro, y luego saludaré a mi madre con ella! - respondí.
La cogí del brazo y nos retiramos del lugar donde estaban mi padre junto con su amigo, y dos ministros que ahora prefiero no recordar sus nombres, no quise mirar hacia atrás porque a mi padre se le veía muy enfadado.
Pero sentí a una Trinna bastante disgustada por la situación que pasamos hacía unos minutos.
-¿Estás bien?.... ¡Te estoy hablando! - le pregunté.
La detuve de golpe, y es ahí cuando me miro a los ojos y le volví a preguntar, si se sentía bien, sin embargo pude distinguir una pequeña reacción en su rostro una preocupación por lo que estábamos haciendo, solo me alcanzó el tiempo para responderle que todo estaría bien y que nadie descubriría nuestro plan.
-¡Oh hijo mío, ahí estabas, justo te íbamos a buscar! - dijo mi madre con un tono de voz de satisfacción por haberme encontrado.
Mi madre me agarro del brazo y me llevo como si fuera un niño de cinco años hacia el salón principal, donde estaba la hija del coronel Salazar y mi futura esposa.
La ceremonia empezó y dio lugar con el anunciamiento de mi prometida CATHERINNE, la amada hija del coronel Salazar y de su esposa DE LA GOYA.
-¡Demos unos calurosos aplausos para la hija del respetable coronel Francisco Salazar Iriarte y a su bella esposa Gabriela Rivadavia De La Goya! - dijo el maestro de ceremonia a viva voz para que todos los presentes lograran escucharlo y aplaudirle.
Y es ahí donde la vi por primera vez, tan bonita y radiante con un vestido como si formara parte de la realeza con tanta elegancia, refinamiento, juntamente con una finura hecho persona.
Mientras que ella bajaba los escalones del salón poco a poco, yo pensaba como será su actitud de ella, será una niña caprichosa, inmadura, o quizás sumisa.
-¡Hola Erick! - la escuche en un tono de entusiasmo, alegría y todo eso juntos en un mismo sentimiento.
- ¡Es un honor para mí, que el hijo del mejor amigo de mi padre, por fin lo pueda conocer, tengo que admitirte que se muchas cosas de ti! - dijo Catherina delante de Charlotte, que ahora es Trinna.
- Pues, es un gusto que me puedas conocer mejor, así nos evitamos las formalidades de presentarnos por ser la primera vez - dije, pero sentí un pellizco por parte de Trinna en el brazo derecho.
Si Trinna quería ver una expresión alarmante de dolor; pues la verdad que no me conoce del todo, pero después de sus actos solo la miré a los ojos y apenas puede gestualizar con mis labios diciendo ¡NO ME DUELE, PERO NO LO VUELVAS A HACER!
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THE INMORTAL (Borrador)
Misterio / SuspensoEsta historia relata cómo Erick Grammer que viene una familia de clase media logra tener una vida plena en 1786. Nuestro personaje principal se enamora de una chica en una fiesta donde solo los más acaudalados asistían pero su familia de Erick tenía...