El viento les envolvía junto a un ensordecedor silencio. Aunque no era incómodo. Cada uno estaba sumido en sus pensamientos, pero ninguno pronunciaba palabra. El chico miraba de vez en cuando a Iseul, intentanto averiguar qué pasaba por su mente y si debería hacerle la pregunta que tanto quería hacerle. Ella simplemente miraba la ciudad, echando de menos a su madre.
—¿Por qué... quieres hacerlo? —se atrevió por fin el moreno.
La pregunta pilló por sorpresa a la joven, que tuvo que pestañear un par de veces y dejar que pasara unos segundos para comprender lo que el chico le había preguntado. No estaba segura de si responder o no, al fin y al cabo, no conocía al chico de nada, solo de un par de días en los que además le había resultado bastante molesto. Aunque ese día se estaba comportando.
—¿Por qué no debería? —la voz ronca y rasposa que usó sorprendió al moreno que pensó que la joven no respondería. Iseul se aclaró la garganta y continuó hablando sin apartar la vista de la ciudad—. No hay nada que me ate a esta vida, no hay nadie que espere nada de mí, que me apoye o que me quiera. No le importo a nadie y no habrá quien me eche de menos, así que qué más da. Así al menos evito hacerle daño a alguien más.
El joven bajó la cabeza, entristecido al escuchar esas palabras. Era como si su alma se hubiera oscurecido y roto un poco al escuchar a la joven hablar. De repente, se le pasó por la cabeza que esa chica no podía ser mayor que él de ninguna forma.
—¿Y qué hay de la esperanza? ¿No crees que todo pueda cambiar? Eres todavía joven...
Iseul soltó una risotada irónica que hizo que el muchacho se estremeciera.
—Mi esperanza está más muerta que yo y si dicen que la esperanza es lo último que se pierde...
Miró al vacío, bajando la mirada lentamente y escuchó al chico suspirar. No sabía por qué le había contado todo eso y, de hecho, en lo más profundo de su mente, las voces le susurraban que iba a acabar peor todavía. Pero entonces, se callaron. Un extraño calor le envolvía y notó unos brazos a su alrededor. La estaban abrazando. Hacía siglos que no le abrazaban. Y se sentía bien.
Cerró los ojos durante el abrazo y, aunque no le entusiasmaba mucho el contacto físico, disfruto del abrazo. Se separó apenas unos segundos después, tratando de mantener la compostura de siempre, alejándose un poco del chico, que sonreía ampliamente.
—Ni siquiera sé tu nombre y te tomas la confianza de abrazarme —dijo ella, tan borde como siempre.
—I'm your hope, you're my hope, I'm J-Hope —respondió el chico con una sonrisa.
Iseul bufó, incorporándose: —Tienes que estar de coña —el chico se encogió de hombros—. Muy bien, señor Esperanza, me parece que nuestros caminos se separan de nuevo y por fin.
La joven hizo ademán de irse, sintiendo la mirada del chico en su nuca —o quizás en su culo—, tras haberle escuchado medio suspirar medio reírse. Él le había dicho su nombre, o su apodo, o lo que fuese y le había abrazado, así que quizás no pasaba nada por decirle su nombre, ¿no?
Se giró lentamente, encontrándose con la mirada intrigada del chico, tal y como ella había supuesto. Esbozó una pequeñísima sonrisa que disimuló soltando un nuevo bufido.
—Iseul.
El chico lo entendió de inmediato y asintió con la cabeza esbozando una amplia sonrisa. Eso se estaba convirtiendo en el comienzo de algo.
Ya la has vuelto a cagar, Iseul.
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i'm j-hope » hoseok ✔️
Fanfiction"I'm your hope, you're my hope, I'm J-hope" donde Iseul solo quería morir hasta que llegó un chico que le devolvió la esperanza. » jung hoseok : hetero capítulos cortos © triana (@artsytee333) 2018