v e i n t i t r é s

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No estaba segura de que esperar del psicólogo, pero desde luego, no pensaba que pasaría la mayor parte de las tres horas que pasó con él entre risas y lágrimas. Se trataba de un hombre no demasiado mayor y bastante amable, que le mostró desde el primer momento que podía confiar en él, y así lo hizo. Se abrió por completo con él y le contó absolutamente todo lo que le preocupaba, todo lo que sentía, todo lo que pensaba, todo lo que oía dentro de su propia cabeza, todo lo que le hacía daño y todo lo que le hundía. Nunca había hablado por tanto tiempo seguido de sí misma, ni siquiera con Hoseok, pero sentía que debía hacerlo y que definitivamente le había sentado bien hacerlo.

Cuando salió de aquella sala limpiándose los restos de lágrimas y de maquillaje se encontró con Jackson con una sonrisa y con BamBam tendiéndole un batido de frambuesa. Iseul sonrió y lo aceptó, agradeciéndole con una pequeña reverencia que asustó al chico.

—¡No hagas eso! ¡Por Dios, noona!

—¿Noo-noona? —preguntó confundida. ¿Realmente era mayor que ese chico?

—Soy un año menor, noona. Espero que no le moleste que lo sepamos, Hoseok nos contó todo, tuvimos que rellenar una ficha con sus datos para que pudiera venir.

Iseul asintió levemente con la cabeza mientras bebía tranquila su batido.

—¿Le ha ido bien con Lee? Es un hombre muy agradable, ¿verdad? —el moreno parecía no querer parar de hablar y lo hacía siempre con honoríficos o tratándola con toda la cortesía del mundo. Sabía que debía ser así, pero en cierto modo la chica se sentía incómoda con ese recibimiento. Jackson observaba la escena con una sonrisa.

—BamBam —en cuanto pronunció su nombre, el chico se giró apresurado para mirarla, temiendo haber hecho algo mal— Me gustaría que me trataras de manera informal, es un poco... incómodo.

El chico se sonrojó y asintió. Sin embargo, guardó silencio y dejó que Jackson le comentara a Iseul como funcionarían las cosas a partir de ese momento. Era algo tarde ya, así que ambos chicos le acompañarían a casa de Hoseok, pero continuarían viéndose dos veces a la semana, pues era así como habían establecido las sesiones. El psicólogo había preferido que las visitas fueran constantes, no solo para que ella pudiera desahogarse con más asiduidad y, por lo tanto, mejor a paso agigantado, sino también para que pudiera conocer mejor a los chicos y animarse un poco a socializar más.

Iseul estaba terriblemente nerviosa y asustada, pero la sonrisa de Hoseok cuando entró en la casa y la sensación de sus brazos alrededor de ella le hizo sentir que todo iría bien, que mejoraría, que conseguiría dejar atrás aquellas horribles voces y que podría centrarse en ella misma y en sus sentimientos hacia Hoseok.

Ambos se sentaron en el sofá con un paquete de palomitas a ver una película, pero ambos acabaron quedándose dormidos apoyados el uno en el otro. Había sido un día largo para ambos, pero sin duda alguna, la mejor recompensa que tenían, era estar el uno al lado del otro.

i'm j-hope » hoseok ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora