Era un buen día. El cielo estaba completamente azul, no había ni una sola nube que impidiera al sol brillar y la temperatura era agradable. La gente caminaba por las calles de la mano de sus hijos pequeños, con sus amigos, con sus parejas o simplemente disfrutaban de un tiempo para ellos mismos. Nadie parecía tener un mal día, pues era de esos en los que el ambiente generaba tanta alegría que era imposible negarlo.
Iseul se encontraba tarareando con una sonrisa alguna de sus canciones favoritas que sonaba en la radio del local en el que trabajaba. Como estaba trabajando sola aquel día, no tuvo ningún problema en poner su playlist favorita en los altavoces. Los clientes tarareaban de vez en cuando las letras cuando entraban y se quedaban mirando el panel donde aparecían las bebidas que podían pedir, los más jovenes incluso se atrevían a bailar un poco de las complejas coreografías y todo el mundo acababa aplaudiendo, aunque solo hubieran hecho un par de pasos o un pequeño movimiento de brazos.
Iseul había dejado de trabajar en JYP un par de años atrás. Descubrió que lo suyo no era nada relacionado con la moda o el mundo del espectáculo o la fama, a pesar de estar continuamente en contacto con sus amigos y algunos de sus artistas favoritos. Sin embargo, desde que abandonó el lugar, había perdido casi todo el contacto con los chicos, principalmente porque había cambiado de número de teléfono y le había resultado imposible volver a contactar con ellos. De todas formas, cada uno tenía su vida por separado y parece que les iba bien así. De vez en cuando, BamBam se escapa un rato para ir a verla al trabajo, incluso el pequeño Seungmin se pasaba a saludarle. Eran los únicos con los que mantenía un poco de contacto, ya que el resto tenían agendas muy apretadas, sin embargo ellos decidían saltársela de vez en cuando para ir a verla, ganándose buenas reprimendas por su parte.
Sin embargo, Iseul nunca dejó de lado completamente a los chicos. Estaba al tanto de todas las canciones, de todas las entrevistas, de todos los conciertos que había en la ciudad... y aunque ni BTS, ni GOT7, ni Stray Kids lo supieran, ella había asistido a casi todos los conciertos en Seúl.
Desde que comenzó a trabajar en aquella cafetería tras abandonar la compañía, todo comenzó a irle bien. Ya no iba al psicólogo y ciertamente, no le hacía falta. Había conseguido una estabilidad económica suficiente como para comprar un piso por sí misma, terminando de independizarse de Lee, con quien estaba tremendamente agradecida. El trabajo, al estar de cara al público, le había permitido conocer a gente maravillosa y ahora tenía una maravillosa mejor amiga... y un precioso novio al que adoraba y con el que era plenamente feliz.
Las cosas con Hoseok acabaron apenas un año después de que empezaran. Se amaban y tuvieron el mejor tiempo de sus vidas juntos, Iseul consiguió una estabilidad emocional adecuada y consiguió ser feliz. Tenían una relación de ensueño. Sin embargo, el trabajo del joven les mantenía más tiempo separado que juntos y poco a poco, la distancia fue haciendo mella y los sentimientos fueron apagándose. Pero nunca dejarían de quererse. Hoseok había sido la pieza fundamental del puzzle desastroso que era la vida de Iseul, aquella pieza que aparece de repente para darle un poco de luz al desorden y comenzar a organizarlo correctamente. E Iseul había sido el ancla de Hoseok, lo que necesitaba para sentirse Jung Hoseok, un ser humano como cualquier otro, no un idol, no J-Hope. Iseul le hizo sentir, le hizo vivir y le hizo sentir completo.
Aquel día en concreto, la cafetería no estaba muy concurrida y por eso, Iseul podía permitirse estar dibujando tranquilamente. Alguno de sus dibujos adornaban el local, otros los tenía en su casa y algunos otros los había vendido o regalado a algunos de sus clientes. Había podido retomar aquello que tanto le gustaba y dedicarle más tiempo, sirviéndole como desahogo y apoyo para no volver atrás en los peores momentos. Acostumbraba además a adornar los vasos con una pequeña ilustración además de con el nombre de sus clientes, así que cada bebida era totalmente personalizada, al igual que cada persona es especial.
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i'm j-hope » hoseok ✔️
Fanfiction"I'm your hope, you're my hope, I'm J-hope" donde Iseul solo quería morir hasta que llegó un chico que le devolvió la esperanza. » jung hoseok : hetero capítulos cortos © triana (@artsytee333) 2018