Mi vida color de rosa

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-Entonces, ¿Era verdad que saldrías con él?-

-No tengo de otra, el imbécil me descubrió totalmente y hablara con Gray si no lo hago...- Loke soltó un suspiro largo a la par que se levantaba de la cama de la rubia y se dirigía a ayudarle a elegir que blusa usar –Siempre puedes delatarlo a la policía, te está chantajeando- esto solo género que Lucy soltara una risa sarcástica – Claro, y después la policía me encarcelaría por andar ofreciendo mis servicios- Loke acompaño su risa y tomo la blusa blanca de botones –Bueno, entonces usa esta con la falda rosa, así parecerá que él estará mintiendo y quedaras como la inocente menor de edad que eres- seguido de esto le guiño el ojo a la par que tomaba la blusa de cuello largo azul y la guardaba en el closet.

-Princesa, la señorita Mirajane manda decir que se apure ya que el señorito Gray no deja de cuestionar al joven Natsu- Virgo interrumpió la plática de los dos amigos mientras se comunicaba del otro lado de la puerta.

La verdad era que Natsu llevaba poco más de media hora en la casa y al enterarse el Fullbuster la razón por la que estaba ahí, comenzó a llenar de gritos la casa, cosa que Mirajane ignoro y mando a Lucy a alistarse, a pesar de que ella se negaba, su mejor amigo la arrastro hasta su cuarto para poder hablar con ella.

-Si Virgo, diles que ya voy y gracias- Lucy volvió a suspirar por millonésima vez desde la llegada del pelirosa y frente a su pelinaranja amigo comenzó a alistarse mientras los pasos de la pelirosa se alejaban –Hermosa si me tientas así no podre contenerme y llegaras tarde a tu cita- la rubia decidió seguirle el juego a su amigo así que con nada más que ropa interior y la falda rosa que anterior mente su mejor amigo había mencionado, se acercó peligrosamente hacia el para sentarse sobre sus piernas. – ¿De verdad? Entonces, ¿Estaría mal si comienzo a acariciar a tu querido amigo así?- Lucy comenzó a mover sus caderas lentamente provocando así una gran tortura para la entrepierna del pelinaranja, esa era su debilidad, cuando su mejor amiga seguía sus juegos y todo se volvía en su contra –Lu...- soltó en un suspiro mientras colocaba una mano en la cadera de la rubia con intención de detenerla, sin embargo esta solo aumento sus movimientos provocando que Loke suspirara mientras dejaba caer su cabeza hacia atrás –Sabia que no podrías contra eso guapo- soltó Lucy de manera burlona mientras tomaba el rostro de Loke y plantaba un casto beso en los labios para después levantarse de las piernas de su contrario y dirigirse a la pequeña mesa donde había quedado su blusa de botones con intención de ponérsela. Por su parte, el pelinaranja intentaba ocultar vanamente su erección así como trataba de recuperar su postura usual llena de seguridad –Eres cruel Heartfilia...- Lucy le guiño el ojo y se dispuso a colocarse las ballerinas rosas para al fin terminar de arreglarse.

Había pasado toda la semana con tranquilidad, al parecer, Lucy se estaba acoplando perfectamente a la casa y también al vivir con personas externas a él como lo eran Mirajane, Virgo y hasta en ocasiones Loke ya que él la ayudaba a desenvolverse mejor. Además, no había tenido noticia alguna de que Lucy saliera por la noche, se podría decir que se estaba convirtiendo en niña de casa así como en estudiante responsable ya que al no recibir ninguna llamada de la escuela, supuso que su pequeña hermana había asistido en tiempo y forma a sus clases, eso era un gran avance.

Finalmente, el jueves que era su día de descanso, Gray invito a las tres chicas con las que compartía casa y al pelinaranja colado que tenía como amigo, a visitar la pista de patinaje que habían inaugurado un mes atrás. Lugar donde Lucy pudo dar una gran demostración de los avances que llevaba gracias a sus clases de danza ya que a pesar de que eran dos practicas diferentes, Lucy enlazaba el patinaje y el baile de una manera única, de esas que parece fácil a simple vista no restándole la gracia que había de por medio.

Todo iba perfecto y por lo mismo había decidido darse un respiro todo el sábado, para poder seguir disfrutando como si alrededor no hubiese problema alguno.