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-Ahorita no molestes Erza necesito pasar este nive...- soltó el pelirosa mientras volteaba levemente sin dejar de jugar, sin embargo no termino de decir ya que volteo y se encontró con un pelinegro al cual se le lanzo encima en el instante comenzando a regalarse golpes.

Así duraron unos 15 minutos hasta que la pelirroja se hartó de estar esperando con Lucy en la cocina, así que se metió en la pelea de la cual los chicos terminaron llorando ya que terminaron llenos de moretones proporcionados por la Scarlet.

-Que les pasa a ustedes dos!- les recriminaba mientras lanzaba a cada uno al sofá como si de costales vacíos se tratara -Tienen que superar eso! No puede ser que cada vez que se vean se quieran matar malditos niñatos, un día de estos los voy a moler a golpes hasta que lo entiendan- soltó con molestia mientras se cruzaba de brazos y los veía con una mirada que hasta al mismísimo Lucifer haría temblar.

-Aye!- respondieron temblando de miedo al mismo tiempo que se abrazaban tratando de protegerse mientras rogaban internamente porque no se volviera a desatar la furia de la pelirroja ya que ellos serían su desestres.

Después de esto, Erza volvió a calmar su temperamento ahora dirigiéndose a la cocina en la cual estaba una rubia tratando de protegerse de la masacre que acababa de ver.

-Perdónalos Lucy, ya sabes cómo son pueden llegar a ser los hombres... Por cierto! Ya puedes salir de la cocina- comentaba la pelirroja como si nada hubiese pasado mientras se dirigía hacia su cuarto –Voy a salir con Jellal para que no me molesten mientras me arreglo y si escucho peleas otra vez...- No necesito terminar su amenaza ya que un gran aura oscura la rodeaba haciendo a los dos chicos temblar de miedo, al menos hasta que esta se adentró en su cuarto a la par que los dos cobardes soltaban un suspiro separándose del abrazo para en seguida sentarse en el gran sillón a jugar.

-Entonces quien es la chica que sigue escondida en la cocina?- pregunto el pelirosa sin gran interés mientras seguía viendo la pantalla tratando de vencer a su contrincante el cual se había olvidado por completo de su hermana.

-Cierto! Hey Lucy ya sal! El monstruo ya está en su cueva!- mientras se encontraba en la misma situación que el pelirosa, el azabache soltó en un grito lo anterior, sin embargo no fue tan fuerte pero si lo suficiente para que llegara a la cocina.

-Cállate idiota o saldrá y nos comerá vivos- Decía riendo el pelirosa, sin embargo detuvo su risa al sentir como un zapato con un gran tacón impactaba fuertemente con su cabeza. En eso, mientras el pelirosa recuperaba su atención en el juego, una rubia salía de la cocina asegurándose de que no hubiera peligro a su alrededor.

-Quien lo diría hermani... Gray, no pensé que fueras un desastre fuera de casa o la escuela- comentaba entre risas Lucy la cual estaba a pocos metros del sillón mientras veía a su hermano con burla ya que había descubierto una nueva faceta de el con que molestarlo, sin embargo dejo sus planes de bullying familiar al escuchar al pelirosa reír – Pero cómo es posible que no lo sepas, si esta heladera es un...- decía Natsu con grandes intensiones de ofender a su mejor amigo pero no termino la frase ya que cuando volteo para hablar más cómodamente con la chica, este quedo en shock al ver tan hermosos ojos que a pesar de ser color chocolate, estos demostraban alegría, curiosidad y cierta pizca de travesura. Como si fuera obra del destino, Natsu logro sentir un suave aroma a vainilla el cual supuso provenía de la chica logrando asi sacar una sonrisa algo tonta pero cálida en el chico.

En ese momento, por su parte, Gray se dio cuenta de algo que creyó nunca volvería a pasar con Natsu, algo que lo alegro en sobre manera, sin embargo olvido la razón que ocasiono esto, la cual ahora estaba expectante de ambos chicos los cuales no decían nada y sonreían al parecer sin razón alguna.

Mi vida color de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora