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Aún no entendía por qué su prima estaba en lo que sería la nueva casa de su mejor amigo, sin embargo no le tomo mucha importancia ya que tenía mayor importancia el hecho de que volvía a ver a su adorada prima mayor a la cual no veía desde aproximadamente 4 años, tenía tantas cosas que preguntarle; ¿Cómo están Elfman y Lissana?,¿Dónde han estado todo ese tiempo?,¿Qué ha sido de su vida? Entre muchísimas más, sin embargo grande fue su sorpresa al escuchar "Tu y yo no somos nada ¿entiendes? Así que no abras la boca o no seré yo quien te haga sufrir ya que podría confesar a Erza quien es quien siempre se come su pastel de cumpleaños antes de que ella lo pueda ver" palabras tan amargas en la que la peliblanca lo negaba frente a otros, y por su amenaza quedo claro que no recibiría explicación al porque su indirecto rechazo familiar.

Después de llevar un par de maletas a la sala del piso de arriba, como su prima le había obligado, Natsu recibió una llamada, la cual no necesito contestar para saber que tenía que retirarse, así que, después de disculparse con su prima y tratar de convencerla que era algo sin importancia, dejo en el suelo las pertenencias ajenas que quedaban en su moto y emprendió rápidamente camino a su siguiente destino.

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La cena había transcurrido bien, bueno, al menos hasta que su hermano comenzó a preguntar sobre su maestra de baile, sin embargo esto se detuvo cuando el azabache recibió una llamada inesperada la cual por su cambio drástico a seriedad, era de suma importancia ya que, no sin antes disculparse, Gray se levantó rápidamente y salió de la cocina a la que no volvió en todo el tiempo que ella y el resto terminaba de cenar.

Gracias a Loke y que Mirajane no fuera tan interrogativa, Lucy pudo salir fácilmente de casa ya que debía seguir trabajando para poder ayudar en los gastos de su familia. Esta vez opto por ir a un lugar más tranquilo, sin tanto alcohol y perdición ya que, como habían cambiado de dirección, todos los lugares que conocía para trabajar en ese aspecto se encontraban sumamente lejos y el único lugar cercano que conocía era un cotizado casino al cual se dirigía en ese momento en taxi mientras informaba a Loke por su teléfono normal de lo que haría y de que este tendría que acompañarla el fin de semana a conocer todos los bares, antros y cantinas de alrededor, después de todo, debía conocer exactamente su nueva área de trabajo y a sus nuevos clientes.

Llevaba alrededor de una hora en el lugar y extrañamente no había tenido mucho suerte, solo dos hombres habían accedido a tener algo con ella y eso era frustrarte, no solo por el hecho de que tuvo que pagar una gran cantidad solo para poder ingresar al sitio, sino también por su mínima cacería ya que de sus dos clientes, se encontraba a un lado del segundo, festejando con él el hecho de que los dados salieron con un resultado a su favor dándole así la victoria y ovacionando que Lucy acercara un par de copas más para festejar dicho evento.

Después de varias tiradas más, el hombre con gran nivel de ebriedad que tenía a Lucy tomada de la cintura, decidió que era momento de cambiar de juego, así que se dirigieron a la típica maquina en la que solo tienes que ingresar un par de monedas, jalar una palanca y esperar a que el artefacto indique que ganaste o perdiste en su monótono juego. No paso poco más de quince minutos cuando comenzó a escucharse en la entrada del lugar, como los gritos de las mujeres y pisadas firmes comenzaban a llenar todo el establecimiento.

La rubia comenzó a ver como rápidamente fuerzas del FBI entraban en el casino y comenzaban a retener a todo aquel que se encontrara dentro, ella estaba a punto de salir corriendo a buscar una escapatoria sin embargo el hombre que la tenía en sus piernas la arrojó al suelo, al parecer él tenía la misma idea. Como pudo, se reincorporo escondiéndose tras una maquina traga monedas, pero en la pantorrilla derecha sentía ardor, al revisarse noto que se había encajado un pedazo de vidrio perteneciente al vaso de licor que anteriormente estaba bebiendo, lo más probable es que lo rompiera con su cuerpo al caer pero solo ese fragmento logro encajarse en ella. Después de arrancárselo y tratar de callar un gemido de dolor, estaba dispuesta a correr sin embargo le fue imposible ya que un par de manos la tomaron fuertemente mientras le tapaban la boca con la derecha y con la izquierda la obligaban a ir hacia atrás. Estaba aterrada, no solo porque la policía estaba terminando de someter a los últimos miembros del casino así como el ebrio que la lanzo al piso, sino también porque la estaban secuestrando y por el lugar a donde la habían jalado, parecía ser una bodega del mismo casino. El pánico se apodero de ella como la última vez que vio a Sting y no pudo reaccionar dejándose llevar mientras recordaba como el cuerpo de Rogue caía sobre ella.

Mi vida color de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora