Prólogo

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Londres estaba despertando aquel día, ya podían oírse las vocinas de esos conductores apresurados, tacones golpeando el asfalto y risillas fuera de la ventana.
Aquella mañana en que Londres despejaba sus cielos azules un pequeño rubiecillo seguía en la misma posición, con las lágrimas humedeciendole cada lado de la cara, cubierto con las sabanas blancas, con la espalda pegada al cabecero y las rodillas desnudas pegadas al pecho.

Aquel día, Alois hubiese deseado que aquel amor prohibido que pareció correspondido hubiese estado junto a el, o siquiera durmiendo a su lado, o como última opción en el mismo hotel y habitación que él.

Esa mañana miserable en que se halló en soledad descubrió dos cosas que le hizo vital su vivir.

Uno. Solo puedes ser lo que el mundo y la sociedad quiere que seas.

Y dos. aquel día y aquella noche, aquellos recuerdos serían sellados y ahogados en el mar mas profundo de sus lágrimas y no los dejaría salir nunca más.

 
  
Aunque no lo desease el mundo le cambió los planes, y para él... estaba completamente descartada la posibilidad de volver a enamorarse.
     
     

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Fuera De Cámaras<AloisClaude. (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora