Capítulo 29: Feliz Cumpleaños.

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-Feliz cumpleaños, a ti- La canción acabó entre esas voces suaves y los presentes aplaudieron suavemente.
Alois sopló las velas que marcaban un número dieciocho y todos volvieron a aplaudir.
La madre de Alois, con lágrimas en los ojos le besó el rostro y untando un poco de crema de café en su dedo índice le propinó un toque en la nariz a su hijo manchandole esta. Alois soltó otra risa baja y se limpió la crema con los dedos para luego saborearla.

Si bien su cumpleaños no era una de sus fechas favoritas, este en especial tenía un ambiente cálido y familiar. Su madre estaba ahí, Rachel, Vincent y Ciel.
Solo personas importantes.
Solo personas que le querían de verdad.
Todo era tan pequeño y sencillo, pero le encantaba, lo amaba.
Su padre no estaba presente por cuestiones de trabajo cosa que le aliviaba enormemente. Pero sentía el estómago hecho nudo por los nervios de aquella sorpresa que Claude tenía para él.
Alois partió el pastel entre risas y bromas, su madre le ayudó a entregar las porciones y se fueron a la sala a comer y continuar con su velada de cumpleaños.

  

-Me gustaría decir... que es un orgullo tenerte como hijo. Has madurado de una forma increíble, y siento que yo no fui quien te ayudó en eso. Siento que tu madurez se debe a que te he dejado tanto tiempo solo que tuviste que hacerlo. Cariño; realmente te has vuelto un hombre.
Estas a punto de terminar tu estancia en el instituto como uno de los mejores estudiantes- Los ojos de la mujer rubia se llenaron de lágrimas al igual que los azules de Alois.

-Seguirás siendo mi bebé para siempre. Te amo tanto- Alois la miró con una enorme sonrisa iluminada y se lanzó a abrazarla escondiendo su sonrojado y húmedo rostro en su pecho.
Su madre había vuelto por fin.

~*~

-Te ayudo?- Alois asomó por la puerta de la cocina al ver a su madre frente a la vajilla sucia. La mayor le miró con una sonrisa y negó.

-Dijiste que unos amigos te habían invitado a algo, no? Se te hará tarde. Ve- Alois sonrió y agitó su mano a modo de despedida. Tomó su chaqueta al salir y se dirigió a aquel lugar que Claude le pidió que se dirigiera, un departamento.

Sus manos temblaban y se sintió tan débil hasta para tocar la puerta con sus nudillos.
No se oía absolutamente nada. La puerta de pronto se entre abrió. Pero nadie estaba ahí esperándole. Sintió como su cuerpo experimentaba un escalofrío de pánico.
Empujó suavemente la puerta revelando el oscuro interior, caminó con cuidado al interior luego de cerrar el portal de madera, sus dedos recorrían la pared en busca de un interruptor, caminó hasta que chocó con una pequeña mesa.

-Ay!...

-SORPRESA!- Todo a su alrededor se iluminó. Globos blancos y azules, caramelos adornando platillos en diferentes mesas.
Ciel, Grell, Sebastian.
Serpentinas de colores.
Felicidad.

Y frente a cada pequeño o gran detalle; Claude.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y se cubrió el rostro.
Sintió rápidamente unos brazos aferrarse a su cintura y un suave roce en sus dedos.
Sus azules ojos cielo se descubrieron para mirar a ese hombre que poseía profundos y enamorados ojos amarillos. Y entre sus dedos, una pomposa roza azul.

-Sorpresa- Dijo con voz suave y Alois rió bajo secándose las lagrimas con el dorso de los dedos para posteriormente tomar la roza entre sus dedos.

-Gracias- Claude le dio un corto beso en su pequeña boca.

-Gracias a todos...- Se alzaron los aplausos y Alois sintió su rostro encenderse en rojo.
Las luces bajaron su intensidad dejando que las velas de un pequeño pastel iluminara la sala.
Ciel le sonrió de forma amable manteniendo el pastel a la altura de su rostro, mientras Claude le abrazaba por detrás recargando el mentón en el hombro del menor cantando en su oído un feliz cumpleaños.

Abrió sus regalos fascinado y completamente feliz. Comió pastel, bebió cerveza, comió de sus dulces favoritos y bailó, canto y saltó hasta que cayó la madrugada y todos estaban tan cansados que decidieron irse a casa.
Todo se había quedado en silencio.
Alois estaba en el balcón, en el regazo de su novio mirando la iluminada noche londinense en silencio. Los sonidos del escaso tráfico mientras su cabeza subía y bajaba de forma suave y lenta cada que Claude respiraba.

-Aún tengo un regalo para ti- Alois levantó sus ojitos azules contagiandose de la amplia sonrisa que poseía Claude.
Se acomodó a horcajadas sobre la pelvis del mayor para tener un acceso visual mas fácil al regalo que iba a recibir.

-Cierra tus ojos- Alois obedeció. Sintió su mano derecha ser tomada con cuidado y como algo frío se deslizaba por su dedo anular causándole cosquillas.

-Abrelos- Abrió sus ojos lentamente. Claude llevó los dedos del menor a su boca dando un suave beso en el dorso de ellos.
Los ojos de Alois se iluminaron, y presenció con maravilla el dorado anillo en su dedo.
Estaba perfectamente entallado en su anular, las piedritas que poseía (en los costados blancas y en el centro una roja) parecían brillar gracias a la claridad de las calles.

-Me encanta...- Levantó su mirada a las cuencas miel.

-Me encanta- Volvió a repetir jugueteando con la joya en su dedo. Sus ojos no querían dejar de examinar esa joya. Era tan hermosa. Tan deslumbrante.

-Es la misma que vas a usar cuando nos casemos- Dijo con burla Claude haciendo reír al menor.
Alois le miró con sus deslumbrantes ojos azul cielo, le rodeó el cuello a su novio y enredó sus dedos en su melena oscura.

-Será muy bonito y grande?- Claude le abrazó por la cintura y le dio un corto beso en la boca.

-Te cumpliré el capricho- Correspondió Claude.
Alois soltó una suave risilla, una de esas mediodías que a Claude le gustaban tanto.
Sus bocas se buscaron uniéndose en el acto con pasión. Las manos de Claude trazaron líneas imaginarias sobre la piel de Alois recorriendo cada tramo de su tibio cuerpo bajo su delgada camisa. Los dedos del rubio se enredaban en las oscuras hebras jalando el cabello de Claude de forma suave haciéndole abrir la boca para iniciar un beso lujurioso. Sentía como la boca mas grande le chupaba con fuerza aún así manteniendo ese toque gentil en su cuerpo que contrastaba las maravillosas sensaciones.
Besos sonoros se expandieron por un par de maravillosos segundos hasta que con el pecho agitado Claude se separó. Le besó las mejillas, su nariz colorada por la brisa fría que comenzaba a correr, sus parpados y el mentón.

-Quiero decirle a mi madre que soy gay- Claude le miró y le dedicó una sonrisa amable.

-Lo que te haga feliz.

-Y que eres mi novio- Claude le miró sorprendido, la seguridad de Alois se tambaleó y desvío la mirada.

-Solo si tu quieres... quiero decirle luego de la graduación para que no tengas problemas. Aún falta mes y medio- Sintió los dedos de Claude en su quijada volteando su rostro. El azabache le miraba con una sonrisa dulce y enamorada.

-Lo que a ti te haga feliz, amor- Le besó cortamente los labios haciendo a Alois reír.

Claude sintió a su corazón acelerarse.




🌹🌹🌹



Se nos vienen fuertes declaraciones ~ ~)

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Fuera De Cámaras<AloisClaude. (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora