Fuera De Cámaras<AloisClaude. (CORRIGIENDO)

Capítulo 27 : Curiosos libros.

-Joven Alois, no debería estar en clases en dos minutos?- Inquirió Claude en su indiferente tono profesional pero podía hallarse el tono de burla en su voz lo que impulsaba a Alois a quedarse.
El rubiecillo se revolvió los cabellos aun en su posición despreocupada y sonrió mostrando sus perlados dientes.
Se inclinó hacia atrás, comprobando al rededor de la biblioteca la cual estaba completamente vacía a excepción de ellos dos.

-Solo tengo artes manuales ahora, nada importante- Caminó de forma firme y sensual hasta hallarse frente a su director jefe y sonrió imitando una inocente carita de niño bueno.

-Director Claude, realmente necesito una tutoria- Posó su mano sobre el pecho del mayor el cual dejaba el libro en su anterior posición para darle su completa atención.
Alois mantenía su posición a escasos centímetros de el cuerpo de Claude, aun así el único contacto físico que estaban teniendo era el de los juguetones dedos de Alois acariciando su pecho.

-Aquí?- Preguntó Claude remarcando aquel doble sentido completamente claro en sus palabras.
Alois asintió al tiempo que terminaba de acortar la distancia completamente pegando su pequeño y anhelante cuerpo al de su novio.
Claude sonrió mientras mordía su labio inferior, quería decirle y hacerle tantas cosas obscenas, pero se contuvo, le gustaba ese juego maestro estudiante -aunque era bastante literal también- le encantaba esa sensación de peligro, le encantaba ese pequeño rubio juguetón.

-Señor director- Las manos de Alois se deslizaron suavemente por el pecho de su superior, acariciando sus hombros y terminando por juntar los dedos tras la nuca del de cabellos negros.
Claude sonrió mirando con los ojos entrecerrados a aquel lindo muchachito. Las grandes y potentes manos de Claude fueron a parar a la angosta cintura del rubiecillo que se pegaba como podía a aquel cuerpo que tanto deseaba.
Si bien era un gran riesgo todo aquello no dejaba de ser sumamente excitante.

-Joven Trancy, su comportamiento esta siendo algo indecoroso- Habló en tono ronco Claude ganándose una suave risilla de parte de su novio.
Alois tomó a Claude jalando fuertemente desde su cuello para quedar a la altura de su oído. Dio un suave lametón al lóbulo del mayor y suspiró pesadamente cuando sintió su cuerpo ser molido con un poco mas de insistencia contra el otro.

-mis dedos ya no son suficientes, Claude- Gimió frotando su parte baja contra el cuerpo del mayor, ahogando un suave jadeo al sentir su excitación chocando contra el muslo del de cabellos negros.
Claude deslizó suavemente sus dedos bajo la camisa del menor acariciando su ardiente piel, aquella voz jadeante, aguda y excitada era todo lo que necesitaba para dejar su profesionalismo de lado un par de minutos.
Tomó el mentón de Alois con una de sus manos y le fundió en un beso tan profundo y sin cuidado que el mas bajito tuvo que sostenerse de los hombros de su "Director" para no caer el piso al perder tan placenteramente la fuerza de sus piernas. La mano de Claude le sostenía fuertemente la barbilla aun así sin causarle daño y con la otra acariciaba su pecho de forma tentadora, de vez parecía sentir la lengua desesperada de Claude penetrando hasta el fondo de su garganta y esa rudeza, la brutalidad de sus besos le estaban embriagando completamente.

-tendré que castigar su indecencia- Pronunció jadeante el mayor. Los ojos de Alois lucían adormilados, con la mirada perdida en lujuria, con el rostro colorado, la boca roja y entreabierta y la respiración agitada.
Claude le giró empujando su espalda para pegarle el pecho a los miles de libros y le tomó la cadera dándole un fuerte golpe con la dureza entre sus piernas a su trasero. Alois jadeo anhelante por sentirlo aun más. Con la mejilla derecha pegada al estante y las manos afirmadas al mismo mueble movía su trasero buscando más, necesitaba más.

-C-Claude- El mencionado se hallaba tras él, acomodado en cuclillas bajando de forma lenta y dolorosa las ropas bajas de Alois que reprimió el impulso de gemir necesitado cuando la tela de sus pantalones y ropa interior se deslizó por sus muslos hasta caer a la altura sus rodillas.
Claude hundió sus largos dedos en la piel de las caderas de Alois alzando su trasero, manejando cada parte de su piel a su completo antojo. Sus dedos largos y pálidos se deslizaron por las caras internas de sus muslos, subiendo de forma lenta hasta el borde de su trasero, acariciando con la yema de sus dedos la suave carne de sus glúteos donde dejo un suave apretón.
Alois hacia una fuerza sobre humana para no gemir de forma obscena como tanto lo deseaba, en un intento por callar su sonora y entrecortada respiración mordió su labio inferior sintiendo con deleite como las manos de Claude separaban sus nalgas exponiéndolo y abriéndolo completamente.