♡ Día 1: Tomarse de las manos ♡

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Una tarde más en Japón, soleado. No era un día realmente extraño, sin contar que la ausencia de los clubs de básquet se hacía notar, ya que normalmente no hacían más que hacer ruido con las discusiones entre jugador y jugador, a parte de jugar, disfrutar y practicar ese deporte que los había unido a todos.

—¡Aominechi! ¡Te vas por el camino equivocado! —Decía un rubio repetidamente hasta ver que el moreno le hacía caso—. Ya te lo he dicho varias veces, ¡no te vayas por el camino equivocado y sigue el grupo! —De tanto grito, Kise recibió una patada de lo más normal de parte de Kasamatsu.

Justamente ese día, era la salida conjunta entre todos los equipos de básquet, donde obviamente toda la Kiseki no Sedai estaba. Justo casi llegando a un año después de la Winter Cup —los senpais de cada equipo les acompañaba y les hacían de monitores—, un día normal de invierno donde frío no hacía y calor tampoco, un clima adecuado para salir y practicar algo más que estar cerrados en un mismo gimnasio como siempre. 

Claro está que más que una práctica era una salida, todos aún estando en diferentes equipos y con una rivalidad visible si se topaban normalmente por la calle, lo cual era poco probable, mantenían todos con todos una agradable conversación o si no una conversación tipo Aomine y Kise.

Estaban yendo hacia la cima de una montaña, de momento era un camino sin muchas dificultades ya hecha, sin muchas piedras molestas por el medio ni bichos extraños que se colaban en medio de una charla.

Nuestros protagonistas, Kuroko Tetsuya y Akashi Seijuro, estaban bastante cerca por extraño que lo parezca, cada uno iba con una sonrisa apenas visible, no por la compañía del otro, si no por la amistad que seguía manteniéndose en lugar del "odio" que tenían entre todos en el año pasado. No habían establecido una conversación ya que cada uno estaba haciendo lo suyo, el peliceleste leyendo otra novela ligera y el pelirrojo hablando con Reo sobre el próximo partido.

Llegados a un punto, Kagami se acercó a Kuroko diciéndole que los de Seirin pronto se irían por el lado izquierdo junto con los de Kaijo en cuanto terminara la caminata que vendría pronto, la cual tendría más piedras por el medio, no solo pequeñas y encima, también habría turbulencias en la tierra.

Este solamente asintió sin prestarle mucha atención a lo dicho por parte del pelirrojo. 

Unos minutos después, las piedras aparecieron en el camino como si fuera agua en un río, sin cuidado alguno, la mayoría iban corriendo para ver si alguno se caía, ni los niños de primaria hacen eso. Kuroko iba centrado en su lectura, sin saber ni darse cuenta de que estaba a punto de toparse con una piedra traviesa.

Una sensación de que se caía se hizo presente, bajó el libro para darse cuenta de que estaba yendo directo para el suelo y de espaldas, algo que no es nada bueno estando en medio de una montaña (casi llegando a la cima) y con piedras en el camino, a parte de que caería y la cabeza recibiría un gran impacto por ello.

Vio su vida pasar por delante por unos leves segundos ya que sentía la sensación de la muerte, aunque lo dicho es una hipérbole. Un pequeño toque en las manos lo salvó de la supuesta muerte según él, al mirar delante vio a un pelirrojo suspirando de alivio, con una pequeña sonrisa más notable que anteriormente.

—Ten cuidado, Tetsuya. No queremos que nada malo suceda en ti, ¿verdad? —Le ayudó a quedarse derecho, siguieron andando como siempre y oyeron como Reo se reía después de varios minutos—. ¿Ocurre algo?

—Nada nada, Sei-chan. —La típica sonrisa de Reo apareció en su rostro, para luego añadir—;  solo digo que se ven muy lindos al tener las manos entrelazadas.

Un comentario que les hizo darse cuenta de que llevaban minutos con las manos juntas, después de verlo y reaccionar, soltaron cada uno su mano algo avergonzado, con un leve rubor en las mejillas, claro está que el de Kuroko era mayor. 

—¿No crees que harían buena pareja? —Comentó Reo a sus compañeros.

—Se verían lindos, Reo-nee. —Comentó alegremente Kotaro, con una amplia sonrisa mientras que le daba golpes a Eikichi para que respondiera, aunque sin recibir alguna. Mazuyumi estaba simplemente asumido en su lectura, su modo Kuroko 2.0 estaba activo y apenas lo notaban.

En el camino de Seirin, varios minutos después de llegar a la pista que les correspondía junto con Kaijo, se dieron cuenta de un pequeño detalle.

—¿¡Y Kuroko dónde está!? —Exclamó Riko y Hyuuga al ver que el peliceleste no se encontraba presente— ¡Kagami!

—¡No me culpen, yo le avisé! —Respondió Kagami algo temido al ver el aura que tenía cada uno.

Mientras ellos montaban un lío extremo, Kuroko se encontraba de mar de bien esperando a su equipo en el campo de Rakuzan, Too y Yosen, pensando en que algo fallaba, sin saber que era él mismo por haberse equivocado de campo al estar todo el rato pensando en la calidez de la mano del pelirrojo de Rakuzan.

Tres horas después, al ver que el sol ya bajaba, todos se fueron por el camino que vinieron, así Kuroko recibiendo una bronca de parte de su capitán y entrenadora por haberse distraído e ido a otro campo que no era el suyo, sin remedio, se refugió usando su nula presencia, yendo ahora de nuevo hacia Akashi, quien se encontraba solo mirando las piedras del camino.

—¿Tetsuya, no estás con tu equipo? —Pregunta el pelirrojo al notar la presencia de Kuroko cerca.

—No, me da miedo la bronca que me estaba echando Hyuuga-senpai y Riko-san. —Una pequeña risa se le escapó al pelirrojo.

—¿Y por qué has venido hacia mi? —En ese momento fue cuando el peliceleste se dio cuenta de que fue por el instinto, sin nada que decir solamente soltó algo que nunca creyó decir ante nadie.

—No quiero caerme de nuevo en este camino, así que vine para que me ayudaras como antes. —Después de unos segundos sin pronunciar sonido siquiera, ambos se dieron cuenta de lo dicho por el peliceleste y el color subió en sus mejillas, de nuevo. Sobre todo por parte del pequeño fantasma, quien sabía que eso salió sin querer, pero las cosas que se dicen sin voluntad son las que realmente el corazón quiere decir—. N-no quería decir eso... 

Se llevó una gran sorpresa al notar la mano de Akashi tocar la suya, como si quisiera tener permiso de cogerla, sin pensarlo, Kuroko la cogió.

Por más inseguros que parecían al estar sonrojados y con las manos flojamente entrelazadas, en el fondo sintieron una pequeña calidez al tener esa sensación tras unas buenas horas, con eso, simultáneamente apretaron un poco más, mientras que detrás de ellos un Reo se moría de ternura y Kotaro le sujetaba para que no se cayera.

Lo que sabía Kuroko, es que quería sentir esa agradable sensación más veces, y que de cierta forma descubriría algo más que eso, el mismo pensamiento que Akashi.

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Escrito hace 1 mes... Porque ahora no tengo inspiración ni para escribir un one-shot :'v

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