Capitulo 10:

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Capitulo 10:

Por la mañana todo había sido bastante extraño, partiendo por el asombro que experimente cuando vi mi mejilla pegada el pecho de Justin y el hecho de que había dormido con un chico. Dormir, solo dormir. Me había levantado en completo silencio y había salido de la habitación de igual forma. Después de salir de mi absurdo aturdimiento me había dedicado a preparar el desayuno, ya que creía que ambos necesitábamos algo recomponedor por la mañana, sobre todo el herido que se encontraba en mi cama.

Estaba preparando un huevo revuelto, cantando una canción que se había venido a mi mente, cuando escuche una risa divertida tras de mí. Asustada me di vuelta de inmediato, viendo a Justin parado bajo el umbral de la puerta de la cocina.

-Dios mío ¿Qué tienes tú con asustarme? Si algún día muero, será tu culpa. – me queje, volviendo la atención a mis huevos revueltos.

-Solo estaba viendo lo divertida que te ves cocinando. – se sentó en el mesón esperando que yo terminara. 

-¿Cómo está tu herida?

-Ya no sangra, pero aun duele. –deje un plato frente a él y me senté, mirándolo directo a los ojos.

-¿Vas a decirme que fue lo que te paso? – Justin abrió la boca, seguramente para responder borde como siempre. – No todos los días, alguien toca mi puerta pidiendo que cure sus heridas. Parecía que hubieras tenido una riña de las peores.

-Pues eso fue. Tú lo has dicho.

-¿No tengo que preocuparme de que algún día llegue la policía aquí, verdad?

-Tampoco es que haya asesinado a alguien, para que sepas. –asentí, entendiendo que eso sería todo lo que el respondería.

-Tu teléfono no ha parado de sonar en toda la mañana. – le dije, intentado romper el incómodo silencio que se había formado.

-De seguro son mis hermanos, no he hablado con ninguno de ellos. – asentí. Bebí un poco de mi café. Todo iba de maravilla hasta que vi el pecho de Justin y me di cuenta de un tatuaje que tenía de una calavera con una rosa cruzándola. Eso me llevo a preguntar dentro de mí lo intrigante que podía llegar a ser Justin Holland. No sabía absolutamente nada él en lo personal. No sabía con qué tipo de persona estaba tratando, ni quien estaba sentado frente a mí. -¿Es tu madre? – me gire para ver una pequeña fotografía de mi madre sonriendo a la cámara.

-Sí.

-¿Cómo murió?

-La asesinaron.

-Vaya, lo...

-No digas eso, por favor. Lo escuche por mucho tiempo, pero sé que nadie siente una perdida hasta que lo experimenta. Eso solo es una frase de consuelo vacía la mayoría de las veces. – baje la mirada hacia mi café, el cual se enfriaba poco a poco.

-Yo también he pasado por eso. – alce la mirada. –Tenía un hermano, se llamaba Samuel, y también fue asesinado. En teoría, sí, se lo que se siente.

-No sé qué decir.

-Nada. Da igual. – asentí.

El desayuno había terminado finalmente y un pequeño yo gritaba y festejaba en mi interior. Digamos que no me daba muy bien eso de llevar las situaciones incómodas, era lo que más detestaba cuando me tocaba cenar con mi padre y no había ni un solo tema que nos interesara para hablar. Era horrible.

Fui por la playera de Justin y cuando regrese con él, lo vi distraído mirando las infinidades de fotografías que había sobre la estantería de libros.

Mafiosos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora