Capítulo 32: Final.no editado

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Sus párpados pesados, sus labios secos y sus oídos intentando escuchar con claridad la conversación que se mantenía en la habitación. Así era como se encontraba la chica. Poco a poco fue abriendo los ojos y vio la escasa luz que entraba por la ventana. Su garganta estaba seca y al momento de intentar usar su voz, solo habló en un leve susurro.

Su padre hablaba con una enfermera sobre los cuidados que debía tener con ella apenas la llevara a casa, mientras él asentía y preguntaba ciertas cosas que no comprendía.

- Papá... - la chica habló con su voz áspera, tanto que llegó a asombrarla por aquél cambio rotundo. Greg, apenas la vio, sintió que ya podía respirar tranquilo.

Se acercó a su camilla y con delicadeza besó su frente.

- Al fin. - le sonrió y acarició su rostro. _________ aún aturdida por su despertar, miró todo con tranquilidad. Miró sus brazos y la manta que cubría sus piernas. Una sonda le aplicaba oxigeno por la nariz, mientras que una aguja le aplicaba el suero. Miró a su padre, él acercó una silla a su lado. - ¿Quieres un poco de agua?. - ella asintió. Greg la ayudó a beber, evitando derramar gotas sobre ella. Verla así lo hacia odiarse a si mismo.

- ¿Has estado siempre aquí?. - preguntó la muchacha, quien no podía evitar sentir emoción por ver nuevamente a su padre, quien se notaba muy preocupado por ella.

- Apenas e ido a casa. - rió despacio.

- Deberías haber descansado.

- No podía. No sabiendo que tu estabas acá. - ella le sonrió como pudo. - Lo siento. - guardó silencio, intentando ordenar un poco las palabras dentro de su cabeza. - No sabía lo que estaba haciendo. No me di cuenta de que te estaba poniendo en peligro. Lo primero que hice cuando te vi por primera vez, fue prometerle a tu madre que te cuidaría, y mira nada más hasta donde he llegado. No debí golpearte ese día en casa, y tampoco debí haberte dicho eso. - negó. - Dios, me odio... Yo tenia que cuidarte...

- Lo has hecho. - murmuró.

- No de la manera que tu madre querría. - tocó su mejilla. - Cambiaré, te lo juro. Lo haré por ti, y te prometo que todo será como antes. - la chica, sintiendo la felicidad en su interior, abrió los brazos y Greg entendió de inmediato, y despacio se acercó a ella para abrazar su frágil cuerpo.

Después de un rato conversando y siendo examinada por un doctor, _________ pudo levantarse por si sola para ir al baño, mientras Greg la esperaba pacientemente del otro lado.

Se miró a un espejo y lo primero que presenció, fue su rostro con las feas cicatrices que habían dejado aquellos hombres en su mejilla. Sus brazos aun conservaban la marca de los golpes que ellos le dieron, y ni hablar de su espalda, la cual apenas cicatrizaba los correazos que le habían dado. Sus ojos se humedecieron, pero se prometió a ella misma no volver a llorar.

Pensó que moriría, y que sería la última vez que podría respirar. Pensó que estaba perdida en aquel lugar, pero había sobrevivido, y eso la hacia sentirse fuerte.

Levantó su camisón y vio su cuerpo desnudo bajo éste, pero su vista cayó en aquél gran parche, cubierto por una venda justo al comienzo de su zona abdominal. Entonces solo con eso, pudo confirmar que no era un sueño, que ella de verdad estaba viva.

Respiró profundo, y salió de aquél estrecho baño.

- ¿Cuanto tiempo llevo aquí?. - preguntó a su padre. Greg la ayudó a volver a la camilla.

- 3 Días.

Para ella había parecido solo una noche.

- ¿Dónde están los demás?

Mafiosos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora