Quiero decirte que te amo.

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—De verdad me parece sorpresivo tenerte aquí, padre.

El hombre mayor levantó una ceja mientras seguía a su hijo por los pasillos.

—¿Por qué? Al fin y al cabo, este es mi hogar.

—Lo sé, pero como decidiste jubilarte y mi madre sigue en la Tierra disfrutando sus vacaciones... Creí que no regresarías.

—¿Y perderme el desempeño de mi nieto como rey? ¡Jamás!.

Erendor se adelantó caminando más rápido,—o haciendo el intento con su bastón.—dispuesto a ver al rey de Eraklyon después de mucho tiempo. Sky suspiró con pesadez, estaba seguro de que esto iba a terminar mal.

Luego de ausentarse por tres años, Erendor había regresado a su planeta con intenciones de ver su evolución en manos de su queridísimo nieto, pues en la Tierra no recibía ninguna noticia resaltante del reino.

Por lo tanto, no sabía del compromiso de su nieto con cierta "plebeya".

Y eso era lo que le asustaba a Sky: la reacción de su padre.

—Padre, creo que Tristán hoy no se encuentra en el castillo.—dijo el rubio al darse cuenta de que habían recorrido ya todo el castillo.

—Imposible, un rey debe estar siempre en su palacio o cumpliendo con los aldeanos y, por lo que ví en su agenda, hoy no tenía que recorrer el planeta.—explicó el anciano muy seguro.

Sky parpadeó.

—¿Revisaste su agenda?.

—Por supuesto, pienso monitorearlo hasta que me regrese con tu madre.—comenta, como si fuese lo más obvio.—Lo único de lo que me han notificado sobre Eraklyon, es que la taza de ladrones y villanos ha disminuido considerablemente.—se le notaba orgulloso de su nieto.

«Te morirías si te enteras de la razón». Pensó el marido de Bloom, inquieto.

—En fin, Tristán debió haber ido a Solaria para visitar a Adora y Aurora.—Sky se entrelazó las manos detrás de su espalda.—Lo que seas que quieras supervisar, puedes pedírmelo a mí.

—Tonterías,—cruzó a la derecha, se encontraban cerca del gimnasio privado.—lo esperaré. Necesito aclarar unas cosas y finiquitar otras con él.

Sky frunció el ceño, rascándose la nuca.

—¿Qué clase de cosas?.—se atrevió a preguntar, temiendo la respuesta.

—Pues...

La frase fue cortada cuando Erendor se sobresaltó gracias a que la pared detrás de él se había destruído. De ella, salieron unos Tristán y Marga llenos de escombros y riéndose sin parar, tirados en el suelo. Sky quería que la tierra lo tragase.

—¡Pero ¿Qué...?!.—el pelirrojo dejó de reír y se enderezó por completo al escuchar la exclamación atónita de su abuelo.

—Abuelo.—tenía los ojos muy abiertos, asustado.—¿Qué haces aquí? Deberías estar de vacaciones... Por siempre.

—¡¿Qué significa este desastre?! ¿Y quién es ella?.—inquirió, señalando a Marga; quien seguía en el suelo.—¿Tu entrenadora personal?.

La morena se levantó mientras sacudía sus pantalones de ejercicio. Sky y Tristán palidecieron.

—Señor Erendor ¿No me recuerda? Soy Marga, la hija mayor de Flora y Helia.—se presentó sorpresivamente amable, extendiendo la mano.—Estabamos entrenando un poco y se nos pasó la mano, lo lamento.

El adulto mayor la observó de pies a cabeza con repudio, no se atrevía a tocarla por el simple hecho de ser una ciudadana común y corriente para él. Marga lo miró con una ceja alzada, algo molesta.

Winx Club. Nueva Generación: One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora