Winx Club. Nueva Generación: One-Shots

Premio al tío del año.

—¿Estás seguro de lo que escuchaste?.—cuestionó Marga, no muy convencida.

—Podré ser imbécil, pero no sordo.—dijo Tristán mientras rodaba los ojos.—Tienes que ayudarme a deshacerme de Damián, eres la única en quien puedo confiar ahora.

La pareja hablaba por videollamada, pues la jóven se encontraba en un viaje escolar guiando a los chicos de segundo año de Fontana Roja hacia Domino por un entrenamiento especial.

—Sigo creyendo que estás loco,—suspiró la morena. Tristán la miró mal.—No dijeron su nombre ¿Te has puesto a buscar una lista de sospechosos? ¿Tal vez Cody?.

—Claro que lo hice, mujer.—contestó, ofendido.—Tengo una carpeta entera con información sobre Cody ¡Y me aburre! Lo más salvaje que ha hecho es salir con nosotros. Es un completo Nerd moja-pantalones.

—¿Y qué hay de Damián?.—indagó, acostada en la habitación que le asignaron.

—Lo que ya sabía; tiene antecedentes de bromas crueles en la adolescencia, vivía con sus abuelos y lo más reciente que descubrí es que sus padres no son de esta parte de la Dimensión Mágica.—comenta, releyendo sus apuntes.

—Entonces crees que provienen de Omnogix.—concluyó Marga, ya más interesada. Tristán asistió.—¿Sabes algo más de sus padres?.

—Le saqué algo de información a Musa, ella lo conoce de niño ¿No?.—la morena hizo un movimiento con la mano para que continuara.—Pero ella tampoco sabe nada de ellos, siempre vio a Damián con sus abuelos.

Del lado de Marga, se escuchó una puerta abriéndose. Ella despegó la mirada de la pantalla para ver a la persona que había entrado.

—No estás haciendo videollamadas calientes ¿Verdad?.—inquirió el recién llegado que Tristán no podía ver desde la pantalla.

—¿Qué quieres, Noah?.—le cortó la morena, aburrida.

El rey de Eraklyon se puso alerta, Marga le había comentado que Noah ya terminó con su última novia—ex de él, por cierto.—y suponía que el hombre se arrastraría tras Marga de nuevo.

—Tu padre te está esperando en el campo de entrenamiento, quiere que pongas orden en esos chicos.—informa, sentándose en la cama para curiosear lo que estaba haciendo la chica.—Oh, no sabía que tenías compañía ¿Qué tal todo, Tristán?.

El pelirrojo conocía ese tono de hablar, Noah lo quería provocar.

—Excelente, al lado de mi perfecta prometida.—le sonrió con superioridad.—¿Ya no estás despechado? Oí que te fue mal con Sierra.

«Otra ex loca, ella dice mi nombre cada vez que tiene sexo con alguien». Tristán no podía divertirse más con todo eso.

Noah gruñó, ya no tenía ganas de hablar con él.

—¿Nos vamos?.—se dirigió al hada, ya irritado.

—Si, espérame afuera.—le pidió, cerrándole la puerta en la cara y regresando a su posición inicial frente a su laptop.—Tengo que irme, si consigues más información no dudes en llamarme.

(...)

—¿Quería verme, señor?.

Una mujer de alrededor 40 años se asomó por la puerta de la oficina real de Eraklyon, donde Tristán terminaba de firmar unos papeles. Él le hizo señas para que pasara, necesitaba aclarar algo con ella.

—Si, Hope. Siéntate.—la mujer volvió a obedecer, asustada. El rey nunca la mandaba a llamar, siempre era la señora Bloom la que le mandaba trabajo.—Fuiste de gran utilidad todos estos años encargada de mis transacciones bancarias personales, pero me temo que debo despedirte.