Mades.

1.7K 83 96
                                    

Advertencia: Puede que este capítulo cause controversia y que algunos comentarios no sean bien recibidos por otros lectores. Les pido madurez en ese aspecto. Respeto sus opiniones, ya sean buenas o malas, pero quiero aclarar que no me importa si piensan que Tristán no es como lo describo o que si Hades debe quedarse con Marga, equis. El punto es que, como yo respeto sus opiniones, también respeten mi decisión. Les guste o no.

Y sinceramente, espero que lo disfruten, trabajé desde hace tiempo este capítulo.

Dolor. Ese fue el sentimiento que despertó de golpe a Marga.

Estaba paralizada, reprimiendo sus impulsos por arrancarse el pecho, era un ardor insoportable que le obstruía la respiración. Luchaba por conseguir aire, pero su cuerpo lo rechazaba; se llevó la mano al punto central del dolor y lo apretó con fuerza, como si fuera la solución a su malestar infernal. Solo hacia que aumentase.

Ahogó un grito, mientras se removía con desesperación hacia la mesa auxiliar para tomar su celular, era la única manera de comunicarse con Esmeralda para que la ayudase. Sin embargo, se cayó de boca al suelo.

Marga había experimentado una situación así anteriormente, con los pulmones ardiendo y un dolor punzante en el pecho; fue en su viaje en la otra dimensión, cuando Hades la atravesó a ella y a Tristán con su magia y terminaron muertos.

Eso le hizo abrir los ojos como platos ¿Estaba a punto de morir?.

Con su mano libre, comenzó a arrastrarse en dirección a la puerta. Su vista se tornaba borrosa, pero ella seguía luchando por mantenerse conciente, no iba a morir, no de nuevo.

Sin previo aviso, el dolor cesó de golpe, la morena se sobresaltó al sentir el aire entrar en sus pulmones con normalidad. Se apoyó de sus codos y alzó la vista, su pecho se movía irregularmente, desesperada por respirar y jamás parar.

Se quedó ahí por un largo rato, queriendo comprender que fue lo que le pasó. No era común levantarse con ganas de arrancarse el pecho.

Esmeralda se encontraba arreglando su cabello sentada en su peinadora, pues hoy iría a visitar el reino de Andros para una cita romántica con Eloy. Su puerta fue tocada débilmente, algo que la desconcertó, sus padres salieron muy temprano y Marga no se levantaba a estas horas un sábado.

—Pase.—indicó, guardando sus cremas en los cajones.

Para su sorpresa, si era Marga. Solo que las ojeras y su mirada de muerta delataban que no había dormido bien.

—¿Podrías chequearme?.—murmuró, estaba algo distante y miedosa. Insegura tal vez sería la palabra correcta.

Su hermana menor jamás la había visto en ese estado, Marga parecía traumada por algo que le acaba de ocurrir, ya que ayer estaba igual que siempre.

Esmeralda se levantó, la tomó del brazo para guiarla a la cama y sentarla en el borde de esta. Puso ambas manos en la cabeza de la mayor y fue rodeándola con un aura verde, la azabache cerró los ojos, concentrándose en su trabajo de examinar a fondo a su hermana. Luego de unos minutos, retiró las manos y abrió los ojos.

—Estás perfecta, mejor de lo que pensé.—se encogió de hombros.

—¿Estás segura? Revisa bien.—insistió.

—Marga, revisé tus signos vitales y están exelentes, no tienes ninguna contusión ni parásitos. Eres la persona más sana que he chequeado.—sentenció con voz neutral, pero en realidad estaba preocupada por la actitud de su hermana.—Si tanto aseguras que tienes algo ¿Por qué no vas con Tristán? Tiene más conocimientos de esta rama que yo.

Winx Club. Nueva Generación: One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora