El encanto Tristán II.

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Tristán caminaba tranquilamente por las calles de Zenith, silbaba una canción pegajosa mientras observaba su reloj, cerciorándose de que llegaba a tiempo a su entrevista.

Lo habían llamado de una editorial para hacerle algunas preguntas sobre su vida como rey, pues afirmaron que él era el rey del año y que con la entrevista también incluía una sesión de fotos.

A Marga le pareció bien, no estaba muy interesada y agradecía no participar en esos eventos por ahora, así que se quedó en Fontana Roja ayudando a su padre con una presentación.

El pelirrojo cruzó una calle con estilo y se paró en frente del lujoso edificio. Al entrar a recepción, observó a detalle el lugar, todo estaba digitalizado y blanco: paredes, pisos, muebles, letreros, hasta las fuentes eran hologramas.

La chica que lo llamó le indicó que tomara el ascensor de una vez y pulsara el piso 8, que solo había un departamento por piso. Él, muy obediente, lo hizo aguantando la emoción. Pensaba en las poses masculinas que haría para verse imponente, decidió que sería una que le gustaba a Marga, al fin y al cabo, es difícil complacerla.

Tocó dos veces la puerta y espero a que le abrieran, sacudió un poco su ropa para dar una buena impresión, como siempre le dijo su madre y su nana.

«Oh, Arwen. No sabes cuanto te voy a presumir esto». Pensó con malicia, tenían esa pequeña rivalidad de mejores amigos sobre quién era el más apuesto. Todos sabían que era Arwen, pero Tristán había salido con más chicas, así que argumentaba que era empate.

—Buenas tardes,—hizo una reverencia cuando escuchó la puerta abrirse.—vine a la... ¡¿Brenda?!.

Su alma se le cayó a los pies al ver a aquella mujer de cabello azabache largo y liso, ojos grises, piel pálida y senos enormes; parada en la puerta con una sonrisa coqueta y ropa provocativa.

—Tristán, cuanto tiempo...—se inclinó un poco, tomándole el brazo para invitarlo a pasar.—Que sorpresa verte aquí.

—¿Tú me llamaste? ¿Cómo conseguiste mi número?.—el hombre estaba atónito, lo que menos esperaba era encontrarsela de nuevo.

—Fue mi asistente, me ayudó a encontrarte para la entrevista.—contestó tranquilamente.

Se dirigieron a la sala, era un departamento tipo estudio con las cosas más caras de Zenith, lo sabía porque la casa de Lux tenía las mismas cosas. Brenda lo empujó por los hombros y él cayó en el gran sofá de cuero negro.

—¿Te ofresco algo? ¿Un té? ¿Agua? ¿Whisky?.

—Quiero una explicación.—le cortó, cruzando los brazos.

La mujer bufó, mientras más maduros y millonarios, más difíciles se vuelven.

—Soy periodista de la revista más influyente de Zenith, mi jefe me pidió el nuevo rostro de la portada y pensé en tí. Es todo.—se encogió de hombros, de manera inocente.

—No voy a caer en tus trucos, no de nuevo.—Tristán recordaba las dos semanas que salió con ella, la chica se volvió tan loca que lo emborrachó para tener sexo con él.

—Solo será una entrevista sana y una fotito.—aseguró, yendo a buscar una libreta, un lápiz y la grabadora.

El rey de Eraklyon se pasó las manos por el rostro, lo que menos pensó fue reencontrarse con una de sus ex-novias, ese era un pasado que realmente no quería recrear y mucho menos con la lunática viola príncipes.

Brenda regresó a los pocos minutos, le tendió un vaso con un líquido sospechoso, él lo aceptó y cuando la chica se dió la vuelta por un momento, Tristán botó la bebida en la maceta que tenía al lado.

Winx Club. Nueva Generación: One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora