Atrapados en Alfea.

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—Muy bien, alumnas.—la profesora Alice se encontraba en el teatro de Alfea con las chicas del último año.—Hoy organizaremos una actividad especial con el fin de repasar todo lo que vieron en sus años estudiando aquí.

Los murmullos entre las adolescentes se hizo presente, tenían curiosidad por saber que locura las pondrían a hacer como última evaluación importante en Alfea. El profesor Avalon aplaudió tres veces para mandarlas a callar.

—Esta evaluación valdrá la mitad de su nota final.—se escucharon algunas quejas por parte de las hadas.—Será en parejas, son libres de escogerla siempre y cuando sepan complementarse.

Soraya apretó la cintura de Marga, marcando territorio mientras miraba de manera asesina a sus demás compañeras.

—¿Y en qué consiste?.—preguntó una joven de cabello violeta.

—Verán, hoy a las 8 de la noche se avisará un toque de queda para todo el alumnado de años menores. Ustedes estarán esperando en sus dormitorios a la señal para comenzar a buscar la salida de la escuela.—explica Avalon.—Una vez todas las hadas menores estén a salvo en sus cuartos, la escuela se llenará de trampas ocultas y unos cuantos hechizos, los pasillos cambiarán de posición para que se les dificulte y solo una puerta estará abierta. La finalidad: salir de la escuela.

—Deben ser muy ágiles e inteligentes, aquí demostrarán todo lo que han aprendido.—continuaba Alice, ella era la más entusiasta.—Está permitido atacar a sus oponentes, pero no quiero lesiones graves.—les advirtió, mirando fijamente a Marga.

—Tienen todo el día para montar una estrategia y practicar. Estaremos vigilando su desempeño durante la competencia y así debatiremos sus notas.—finaliza el paladín con una sonrisa.—Ya pueden retirarse.

(...)

—Lux, agradezco tu colaboración.—la directora de Alfea estaba sentada en su escritorio, muy contenta.

La nombrada le sonrió, le daba nostalgia volver a su antigua escuela, había tenido tantos buenos momentos ahí que acudiría para lo que sea. Sin embargo, no esperaba tener a cierta molestía pegada a ella como un parásito.

—Es todo un placer ayudarla, señorita Mirta.—contestó, miró de reojo a su acompañante con enojo. Algo que no pasó desapercibido por la mujer pelirroja.

—Ustedes... ¿Son novios?.—le dió un poco de pena preguntar, pero como habían llegado juntos, era algo que debía saber por seguridad.

Damián no pudo evitar mostrar una enorme sonrisa y abrazar a la pelirrosa, quien gruñó ante el contacto.

—Ya quisiera él.—espetó la chica.

—Corrección: ambos queremos. No entiendo que estamos esperando.

—A que seas menos idiota ¿Tal vez?.

—Pero si eso es lo que más te gusta de mí, preciosa.

Un carraspeo interrumpió su plática, Mirta se paró de su silla y los miró con toda la paciencia que tenía.

—Bueno, me alegra saber que él también quiera ayudar.—habló, entrelazando las manos.—Tenemos muchas alumnas que preparar para el baile de graduación y mis maestros contagiaron un virus que les impide salir de sus camas.

—¿Baile de graduación?.—repitió Damián.—¿Esos no los hacen a últimos de Julio?.

—Así es, muchacho.—afirmó con total tranquilidad.—Pero dejamos todo listo con anticipación para no tener algún contratiempo.—suspiró.—Sobretodo teniendo a Soraya en el grupo de graduadas, ve que falta algo mínimo y le da un infarto.

Winx Club. Nueva Generación: One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora