Llegué a mi cuarto en poco tiempo, con la mente inundada de pensamientos sobre Dawne. Cada decisión que tomaba parecía estar vinculada a él, y la incertidumbre sobre cómo estaba me hacía sentir una punzada constante en el pecho. Me dejé caer sobre la cama y cerré los ojos, pero un gruñido de mi estómago me recordó otra urgencia.
-Agh... Tengo hambre... -murmuré, recordando que no había comido nada desde el desayuno.
Me levanté y salí al pasillo, dejando que mis sentidos se agudizaran. Podía escuchar el eco de pasos provenientes del piso superior, pero no les presté demasiada atención. Mi mirada se centró en la figura de Machi saliendo del cuarto contiguo al mío. Estaba cargando una mochila, y su expresión de molestia era tan evidente que parecía irradiar energía hostil.
-Tsk -gruñó al verme, sus ojos fijos en los míos, llenos de un enojo contenido. Su equipaje casi parecía pesar más por el rencor que por el contenido.
Algo en su postura me resultó familiar. Reconocí esa mirada, ese enojo frustrado que viene de perder algo que valoras profundamente.
-Machi... -me atreví a hablar, sintiendo una pizca de empatía por primera vez desde que llegué. Sabía lo que era sentirse desplazada-. Escucha... Sé que este lugar es tu familia. Déjame hablar con él.
Machi me miró sorprendida, sus ojos parpadearon como si no esperara ese gesto. Su maleta cayó al suelo, y con un suspiro resignado, me dio un breve asentimiento. No tenía mucho tiempo, y sabía que tenía que apresurarme.
Caminé hasta la biblioteca, siguiendo el eco de voces. No me molesté en ocultar mi presencia. Al abrir la puerta, me encontré en una estancia impresionante, llena de estanterías repletas de libros antiguos. El aroma a papel y madera vieja impregnaba el aire, y en el centro, un escritorio de madera oscura dominaba la escena. Detrás de él estaba Chrollo, con su expresión imperturbable y una leve sombra de arrogancia.
-No puedes hacer esto -protestaba una voz que reconocí como la del chico pequeño de cabello oscuro-. Ella es parte de nuestra familia. No puedes dejar que se vaya... ¡y menos por esa! ¡Es una prostituta!
Sentí que algo en mi interior se quebraba. Esa. Esa. ¿Cómo se atrevía? Había cometido muchos errores en mi vida, pero jamás había vendido mi cuerpo ni robado como un ladrón vulgar. Sin embargo, me quedé en silencio, dejando que mis emociones se enterraran bajo una máscara de calma.
-Las reglas son las reglas -respondió Chrollo, su voz tan fría como una cuchilla-. Fue decisión de la suerte, y no cambiaré mi postura por lo que me diga nadie.
-¡Déjala quedarse! -interrumpí, haciendo que ambos giraran hacia mí. Avancé hasta el centro de la sala, enfrentándolos con una mirada decidida-. Es tu familia. ¿No te importa cómo se siente? ¿Cómo la estás destrozando?
Chrollo me observó con calma, su rostro tan estoico que no pude adivinar lo que estaba pensando. Finalmente, habló.
-No me interesa. Ella perdió, tú ganaste. Y además, deberías saber que no se escuchan conversaciones ajenas.
Ignoré su tono de reproche, plantándome frente a él. No conocía a Machi, ni me importaba realmente, pero esto era una injusticia.
-¿Qué tengo que hacer para que ella se quede? -pregunté, cruzándome de brazos.
Un destello de diversión cruzó por los ojos de Chrollo antes de que sus labios se curvaran en una sonrisa calculadora.
-Conviértete en mi mujer.
Mi cuerpo se tensó, y el aire pareció hacerse más pesado. Lo miré incrédula, casi sin poder creer lo que acababa de escuchar.
-Eso nunca. -Mi voz salió firme, pero por dentro sentía un nudo de indignación y asco.
Chrollo no pareció sorprendido por mi respuesta. Se encogió de hombros con una calma exasperante.
-Bueno, no habría mucha diferencia. Ya eres mi esclava, ¿o no? Pero siendo mi mujer, al menos tendrías más beneficios.
Esa palabra resonó en mi mente: beneficios. Si aceptaba, ¿podría ayudar mejor a Dawne? ¿Tendría acceso a recursos que jamás habría imaginado? Tragué saliva, sintiendo cómo la balanza de mi moralidad comenzaba a tambalearse.
Lo miré fijamente, sintiendo una mezcla de rabia y desesperación arder en mi pecho.
-¿Y bien? -insistió, inclinándose ligeramente hacia adelante, como si disfrutara ver mi conflicto interno.
Si les gustó, voten para mas!!! 💜
Una recién salida del manicomio.

ESTÁS LEYENDO
el humo impregnado en ti (HxH)
KurzgeschichtenCuando una chica sea secuestrada sabrá lo que es un síndrome muy conocido... Pero .... Ella será capaz de soportar aquella aventura? * Completa pero actualizandose en narrativa y profundidad