Después de una hora más de sufrimiento, cortes, gritos ahogados por el dolor y la crueldad de las palabras del payaso, Hisoka finalmente se fue. No sin antes dejarme algo de comida fresca y agua limpia, aunque colocada a una distancia lo suficientemente inalcanzable para que no pudiera tocarla.La sensación de abandono me envolvía, pero lo peor aún estaba por llegar. Lo sabía. La siguiente fase de esta tortura era mucho más psicológica, mucho más insoportable. Los recuerdos y visiones de Chrollo comenzaban a invadir mi mente, distorsionando mi realidad, haciéndome llamarlo en mis pensamientos, llorar por su presencia, y sentirme más débil de lo que ya estaba.
Chrollo… – susurré, a pesar de saber que él no estaba allí.
Mi mente me jugaba trucos. Me hizo creer que él estaba cerca, que venía a salvarme, pero solo era una ilusión que él mismo había provocado. Las visiones de su figura, tan cerca y tan lejana, me hicieron perder la razón.
Ya llegó… – murmuré, sintiendo la desesperación crecer en mí. El ruido de armas, explosiones y el retumbar de la tierra me hicieron dudar de todo lo que escuchaba.
No… no… no es real… – repetí, tratando de aferrarme a la cordura. Sabía que no debía dejarme llevar por esas ilusiones.
Pero el sonido de la puerta abriéndose nuevamente, seguido de un suspiro, me hizo sentir que algo cambiaba en el aire. Una presencia, familiar y aterradora, se acercaba. Sentí cómo una mano me tocaba, pero no podía confiar en mis sentidos. Era como si todo fuera un sueño, pero lo sentía tan real.
No puede ser… – la voz resonó en mis oídos, y mi corazón se detuvo por un segundo.
Chrollo… – susurré, como si al pronunciar su nombre pudiera hacer que todo volviera a la normalidad.
El calor de su cercanía me envolvió, y antes de que pudiera reaccionar, me levantó con suavidad, pegándome a su pecho. Sentí una pequeña inyección en mis piernas.
Con esto te sentirás mejor, pero no por mucho. – me dijo, y sus palabras me hicieron cerrar los ojos, agotada, rendida por completo.
El sueño me venció rápidamente, y después de eso, el vacío. No supe cuánto tiempo pasó, solo que cuando desperté, estaba en un hospital, completamente conectada a tubos y monitores.
Ayu…da… – murmuró mi voz, débil, al borde de la inconsciencia.
La primera en entrar fue Machi, con una expresión fría y de desprecio en su rostro.
Ma…chi… – balbuceé, incapaz de entender qué estaba sucediendo.
Ella me miró con asco, como si mi existencia fuera una ofensa para ella. En un gesto rápido, tomó una almohada y la presionó contra mi rostro.
Mira, maldita traidora, Danchou es solo mío, y tienes mucha suerte de que se haya acordado de ti. – sus palabras fueron frías y cargadas de odio. – Si no te mató Hisoka, lo haré yo.
La presión en mi rostro aumentaba, mi cuerpo ya no respondía, y todo lo que podía hacer era intentar respirar, luchando por no perder la conciencia. Justo cuando sentí que todo se desvanecía, pude ver a Feitan entrar en la habitación. La pelea comenzó de inmediato, el sonido de los golpes y las discusiones no tardaron en llenar el aire.
¡¿Cómo vas a hacernos esto?! ¡El jefe la ama! – gritó Feitan, enfrentándose a Machi con furia.
¡Él solo me ama a mí! – replicó Machi, llena de rabia.
En ese momento, Chrollo apareció en la puerta, con su mirada severa. Sin decir una palabra, se acercó y, con un movimiento rápido, noqueó a Machi, dejándola en el suelo sin poder moverse.
El silencio que siguió fue ensordecedor, y mientras miraba a Chrollo, aún sin fuerzas, pude sentir un leve suspiro de alivio. Pero la incertidumbre seguía presente en mi mente, preguntándome qué pasaría a continuación.
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-una recién salida del manicomio.
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el humo impregnado en ti (HxH)
Historia CortaCuando una chica sea secuestrada sabrá lo que es un síndrome muy conocido... Pero .... Ella será capaz de soportar aquella aventura? * Completa pero actualizandose en narrativa y profundidad