Capítulo 30: Sorpresas

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Jane P.O.V:

Amser ha vuelto a acompañarme a recoger a Eve del instituto, la vez anterior se la pasaron tan bien que era simplemente imposible no darles el gusto de pasar otra tarde jugando, siendo en esta ocasión rayuela.

  - Jajaja, no, has pisado la raya.

  - ¡No es cierto! -exclama tiernamente Eve-

  - Claro que si, yo te vi. -insiste Amser-

Ambos mantienen aquella infantil y cómica discusión, mientras yo los escucho a la par que termino mi helado y observo sin poder evitar soltar varias carcajadas tras los comentarios de ambos.

   - Jajaja, que va, te dejaré ganar esta vez.

  - ¡De por si yo había ganado!

  - Ajá, como tú digas -contesta Amser en tono bromista-

  - ¿Y si lo declaramos un empate? - interfiero-

  - Suena justo para mi

  - Pues ya qué -contesta Eve resignada- ¿Vamos a la resbaladilla?

  - Creo que descansaré un momento linda, mi avanzada edad me impide mantenerte el ritmo.

  - Okay anciano -se burla Eve antes de dirigirse al juego-

Amser toma asiento a lado mío en aquella banca, empezando a recuperar el ritmo de su respiración mientras ambos observamos instintivamente hacía Eve quien parece no carecer de alegría.

  - En serio no me termino de creer lo bueno que eres para esto de los niños.

  - Jaja, vamos, ¿tan difícil es creer que me agradan? -pregunta levemente agitado-

  - No es lo mismo que te agraden a tener cierto toque con ellos.

  - Creo no tengo nada que argumentar ante dicho punto.

Ambos reímos levemente un segundo para después regresar nuestra atención a Eve en un cómodo y apropiado silencio entre ambos, me sentía a gusto en ese momento, la brisa a penas y refrescaba por el no tan exagerado calor, y las risas de mi hermanita me ayudaban bastante a olvidarme al menos durante ese instante de mi previa molestia.

  - Jane -Amser me saca de mis sentimientos por un segundo- Habrá algún problema si... ¿No llego a tu recital?

  - Ehm...

  - Es que tengo algo ese día que me impedirá incluso llegar a clase, y honestamente no sé si acabe a tiempo.

Realmente me sentía decepcionada, aunque lo entendía, literal lo invité muy de imprevisto, y me avisó que vería la posibilidad, así que no podía culparlo.

  - No te preocupes, supongo será para la próxima. -agacho la cabeza y cambio mi semblante tras percatarme de la estupidez que dije- Si es que hay...

  - Oye no pongas esa cara larga, de hecho te tengo una propuesta para el jueves, claro, si no le temes a una escapada de clases.

  - Hmmm, creo me agrada la idea -sonrío de forma traviesa-

Las repentinas risas de Eve nos sacan de golpe de nuestra conversación, para mirarle gozar de algo tan simple como lo era subir unos escalones para deslizarse por una rampa. Amser se quita su chaqueta, supongo por lo húmedo del ambiente y por el calor de su previa actividad física, aunque de hecho esa era la primera vez que se la quita desde que nos encontramos, por lo que mi sorpresa al notar sus brazos con varios tatuajes no se hizo a esperar.

  - Espera, ¿cuándo ibas a contarme de tus tatuajes?

  - ¿Qué? Ahh, no son de gran importancia. -contesta un tanto desganado-

  - ¡Ay si tú! ¿Entonces por qué te los harías?

  - Un par de experiencias durante mis viajes.

  - Entonces cuéntame -digo con mi típica cara tierna y tono infantil-

  - Creía Eve era la niña pequeña y curiosa...

  - ¡Oye!

  - Jajaja, ya, ¿por cuál quieres empezar?

  - Hmmmm, este -apunto a una frase en su muñeca izquierda escrita en chino o algo por el estilo-

  - Bien, este fue el primero que me hice, es japonés y significa "viajero"...

[*]

Alex P.O.V:

Mi semblante no puede evitar reflejar mi disgusto tras ver a Dyn parado frente a mi luego de abrir mi puerta, ya ni el hecho de que esté dentro de mi casa me parece sorprendente, ya se ha gastado demasiado ese truco.

  - Quizá si sea un tanto repentino este encuentro, ¿no cree?

  - Me disculpo de antemano, pero he de confesar cierta prisa que tengo por que responda a mi oferta previa -mira a mi atrapasueños un tanto desganado- aunque me temo ya sé cual es la respuesta.

¡Mierda! Ahora si sentía terror, no porque el sujeto en si asuste, sino porque no creo sea cosa de nada el pavor que Amser no ha dejado de demostrar hacia él, y el hecho de que conoce mi decisión y notar que no le ha agradado en lo absoluto no ayudan a evitar se ponga mi piel de gallina. ¿Qué carajos debería contestar? ¿Cómo evitaba que empeorara su mal humor? Si es que esto realmente podía ir a peor.

  - Yo.. ehm...

  - No te preocupes por que decir, me queda muy en claro que tu intención no es la de faltarme al respeto, solo que estoy un tanto sorprendido, ¿cómo es que alguien como él pudo haberte convencido? Si me permites la honestidad, él no es el mejor tutor o compañero que podrías esperar. -y honestamente no puedo decir que se equivoca-

¿Por qué escogí a Amser? Porque a pesar de ser un egocéntrico pedante y narcisista, mínimo él no me da pinta de violador en serie obsesionado conmigo, porque su presencia es desagradable pero no da mal rollo, y él no me paralizó por impotencia al rechazar escucharle. Claro no le diría eso, si lo que quiero es evitar problemas, debo dejar a un lado mi irreverente honestidad, al menos con este sujeto.

  - Lo he analizado y... Creo me es de mayor agrado la tutela de Amser.

  - ¿Pero él que ha hecho por ti? -cierta intriga y sorpresa suya se dan a destacar- Alguien como Amser solo busca superioridad, nunca es en lo mínimo cordial ni respetuoso, y como espero te hayas dado cuenta, tampoco es de lo más honesto -Okay, punto para el decrepito-

  - Espero no ofenderle al confesar que usted, muy buen rollo tampoco me da. -¡¿Pero que pendejada acabo de decir?!-

  - Entiendo la primera impresión quizá no fue la mejor en su momento, pero no me esperaba la de un ladrón fuera mejor que la mía, ¿o dirás que ya olvidaste cómo fue que lo conociste?

  - No...

No es que me agrade, o que confíe en él ni mucho menos, pero honestamente es difícil mandar a la verga a alguien si es que es tan educado, si tiene razón, si es anciano o si le temes, y este hijo de puta tenía todas esas cosas.

  - De cualquier modo -rompo aquel breve silencio- lamento mi elección no haya resultado como usted ha previsto.

  - Mira, voy a pensar por el momento que estás confundido, pero yo sé que eres muy inteligente -esboza una segura aunque algo retorcida sonrisa- tal y como lo era tu padre, así que creo no me costará esperar un poco a ver si cambias de...

  - Momento, ¿como por qué mencionas a mi padre?

  - Creo la respuesta es obvia Alex, yo conocí a tu padre...

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