Capítulo 12: Tratos.

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Alex P.O.V:

Un sujeto de edad más que avanzada hace acto de presencia en frente mío sin que esto me agrade o me lo espere en lo absoluto. ¡¿Acaso medio mundo se puede teletransportar o que mierdas?!

- ¿Quién eres y qué es lo que quieres?

- Descuida, solo soy un humilde caballero que cree haber encontrado algo, o más bien, a alguien de interes...

- Si, como no, la última vez que alguien me dijo algo así casi me refunden en la cárcel.

- Pero eso aún no ocurre y aún así piensas cambiarlo, ¿no es cierto Alex?

- ¡¿Qué tienen todos ustedes con saber tanto de mi?!

- Con gusto puedo explicarte, mi interés contigo involucra un pequeño trato. -Ahhhh no, otro ofertante ya no-

- Alto ahí señor, creo ya he escuchado demasiado.

- Te aseguro que lo que te diré podría agradarte en demasia.

- Gracias, pero alguien se le ha adelantado ya, así que si no le molesta, agradecería se fuera a la mierda. -digo y apunto a la ventana-

- Ay vamos chico, ¿de verdad crees que vine hasta acá solo para que me rechazes?

- Pues me temo que ya no le queda de otra opción.

- Pues en eso te equivocas chaval -dice antes de chasquear sus dedos de modo peculiar- es a ti a quien no le queda más que cayarse y escuchar.

Intento pronunciar una altanera y poco cordial respuesta, pero puedo notar a la mala que simplemente no puedo, mis brazos, mis labios, mis piernas, ninguna parte de mi cuerpo me obedece o responde en lo absoluto, solo mis ojos y consciencia son prueba de que sigo vivo. ¡¿Qué demonios es esto?!

- ¿Ya vamos entendiendonos jovenzuelo? Como dije, vengo a hacerle una propuesta y me niego a retirarme sin que usted me haya escuchado, aunque, realmente no es como que ahora le abunden opciones, ¿verdad? -se burla de lo que él seguramente ha cometido- pero vamos, no se quede tan callado, solo respete mi turno y no tendrá que tragarse sus palabras

Hace un gracioso ademán en frente mío y como si no hubiese respirado por horas aspiro una profunda bocanada de aire notando que al menos mi voz ya volvía a cometer mi voluntad, a diferencia del resto de mi cuerpo que como estatua permanece inmutable en frente de aquel extraño sujeto.

- ¡¿Qué es lo que me ha hecho?! ¡¿Por qué mi cuerpo no responde?!

- Tranquilo hijo, solo "se te ha subido el muerto" por un momento. -dice soltando un par de leves carcajadas-

- ¿Y si en lugar de hacer malos chistes y presumir sus cursos de magia, me explica que pretenden los de su tipo conmigo?

- ¿"Los de mi tipo"? -se confunde ante mi afirmación-

- Si, ustedes que parecen hechizeros o malditas alucinaciones que solo andan jodiendo y confundiéndome con toda esta mierda.

- Así que, ¿realmente no entiendes nada de lo que está pasando, cierto?

- Solo puedo darme una idea...

- ¿Pues que mejor que yo te lo explique?

- Bueno, pues empiece...

- Primero lo primero. Mi nombre es Dyn O'Worek y a nosotros que nos llamas "hechiceros" realmente se nos da el nombre de viajeros, tal como deberías saberlo pues es lo que significa aquel tatuaje en tu muñeca. -apunta hacía mi brazo e intento ver lo mismo más mis ojos a penas logran visualizar desde mi inamovible posición-

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