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Narrado por CASPER

Desperté y como de costumbre, tenía a Max en un costado de mí rostro.

Max era mi gato, o más bien gata, de color blanco, con nombre masculino, lo sé.

Dormía tan pacíficamente que tenía ganas de no moverme para que no se despertara, ya que se ve tan linda durmiendo.

Su ronroneo me transmitió una inmensa tranquilidad, ya que era un obsequió de mi padre, el cual había fallecido hace siete años aproximadamente.

No resistí más y comencé a acariciarla pausadamente, ella se estiró al momento de sentir mi tacto, maulló y yo solo pude sonreír y rascarle la cabeza.

—Hola Max —Dije alegre, siempre me hace sonreír y despierto alegre... Gracias a ella.

Me levanté de la cama, y al hacerlo ella se estiró en la cama, como es la costumbre gatuna.

Y la verdad es que tenga carencia de pelo, así no pelecha tanto, aunque ya este vieja.

Caminé a mi pequeño armario y saqué la ropa que ocuparía por ahora, ya que tengo le costumbre de dormir sin ella, porque realmente es incómodo.

Al ya estar vestido, fui al baño para lavarme la cara y sacarme las lagañas que se acumulan en los párpados después de dormir, miré por el espejo y detrás de mí se encontraba mi hermano mayor.

—Logan, no te vi —Dije cerrando el paso del agua —Buenos días —Saludé alegre.

—Buenos... Días —Dijo bostezando.

Yo suelo despertar alegre y con energía, ya que soy de las personas de sueño pesado, y aparte no sueño dormirme tan tarde, a pesar de ya ser sábado nuevamente.

—¿Mamá está aquí? —Preguntó lavándose la cara.

—Ni idea... Iré a ver en su habitación —Sugerí saliendo del baño, el sólo me respondió con un "Si claro".

Caminé hasta llegar a la habitación de mi amada madre, y al abrir un poco la puerta la vi allí, desplomada en su cama con su cabello algo alborotado por él frío.

Sonreí ya que me daba la oportunidad de prepararle el desayuno, aunque a las casi diez de la mañana sería como el almuerzo.Cerré completamente la puerta y me dirigí a las escaleras para ir a la cocina para preparar el desayuno en general, ósea para todos los tres, y ya de paso asaltar la nevera para prepararme algo personal.

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—Ya despierte bella durmiente —Articule mientras despertaba a mi querida madre.

—Mmnh, déjenme dormir un rato más, hoy es uno de mis pocos días libres —Deliberaba entre sueños.

—Okay, te dejo dormir —Susurré besando su frente y ella sonrió.

A paso lento y sigiloso salí de la habitación nuevamente hacia abajo, para así poder desayunar y tratar de matar el tiempo hoy, ya que presiento que será un día aburrido.

Bajé la escalera de dos en dos y al llegar vi a mi hermano poniendo la mesa para desayunar los dos juntos, algo que ya casi nunca sucede en esta casa, porque mi mamá trabaja y Logan, pues va en el turno vespertino de la escuela, así que casi no nos vemos, y mi madre trabaja en una oficina de no sé qué cosa, así que sólo tiene el sábado y domingo libre.

—Ya siéntate, Logan —Hablé mientras él tomaba lugar en la mesa.

Comenzamos a desayunar en silencio.

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Una vez ya desayunado fui a mi habitación, para recoger mi móvil, ya que saldría a cualquier lugar, porque sé que aquí me aburriré como no tienen idea, aparte no contamos con WI-FI así que la cosa esta peor.

Hace dos semanas no salgo a correr, así que puede ser una opción viable para matar el tiempo en algo "Productivo" en mi vida, ya que la tarea no la quiero hacer hoy, y todavía tengo algo de tiempo mañana.

Desconecté dicho aparato y estaba cargado hasta el 100% y la verdad es que se ve bonito con el número cien en la pantalla, pero bueno, eso nunca dura tanto como uno cree.

Me cambié de ropa a una más cómoda para correr, y obvio con algo que pueda salir en público, no saldré a correr con ropa de vestir y mucho menos en bóxer, al terminar, tomé mis audífonos para así bajar a la planta baja donde tenía las llaves y un poco de dinero ahorrando escondido debajo de un gato chino en la cocina.

Al llegar a la puerta grité las palabras "Regreso luego" pero como era de esperarse nadie me respondió, así que lo más probable es que no me extrañaran, o no dentro de 24 horas.

Comencé a caminar sin rumbo ya que no estoy acostumbrado a tener un tumbo fijo, así que mejor dejo que las circunstancias me lleven a donde sea, siempre y cuando recuerde donde estoy para así poder volver a casa.

Durante la caminata o recorrido por la ciudad pensaba en cualquier cosa que se me pasara por la cabeza, como por ejemplo que quiero estudiar, que voy a comer, a que universidad ir, con quien vivir dentro de diez años, pero todo esto me llevo a un parque que desconocí por unos instantes.

Pero esos instantes se alargaron ya que esta vez no tenía ni la remota idea de donde demonios estoy, pero hay algo dentro de mí que hace que no me quiera ir, si no descubrir lo que todo esto, TOODOO lo que hay aquí, para variar salí curioso Dios.

Llegué al pequeño parque que está más verde que todo este país entero, un lugar muy lindo para pasar el rato, y donde un se puede relajar sin tener que preocuparse por un rato.

Comencé a recorrer el lugar admirando y apreciando cada cosa que había por aquí, y la verdad es que todo era nuevo para mí, como cuando estuve en la casa de Ley el primer, y al parecer último día que fui allá... Por cierto... Ley.

Miré mi móvil, ya que siempre suelo tener un mensajero de parte de él diciéndome, "Buenos días" o "Que tal ¿cómo amaneciste" o cosas similares a estas, las cuales realmente a cualquiera harían el día mejor con esos simples detalles. No encontré notificación alguna, pero por lo visto no se había conectado desde ayer a las once de la noche, así que decidí esta vez tomar la iniciativa de mandarle uno fe mi parte.

Yo
Hola Ley, buenos días y espero que sigan así de buenos hasta tarde jeje😅 okok, buenos días.
10:32 am

¿Qué estará haciendo? Normalmente, o creo yo, se despierta muy temprano.

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Diario de un Asocial ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora