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—Jodete —Murmuré mientras pasaba de largo.

—¿Dijiste algo? —Preguntó el chico y negué.

    Seguí de largo y entré a la escuela...

   Un maldito chico hijo de puta me dijo que tendría que cortarme el cabello para mañana o si no, no me dejarían entrar mañana a la escuela, nunca me importó cortarme el cabello, ya que nunca se me exigió cortármelo así que la costumbre, pero honestamente no quiero una llamada de atención.

    Camine unos pasos más por el pasillo y una bola de estudiantes estaba alrededor de un muro, al parecer creo que acaban de rayarla nuevamente, aquí los chicos son demasiados exagerados cuando sucede algo tan pequeño y lo ven como un crimen digno de ser investigado por el FBI o algo por el estilo

    «El dramático diciéndole dramáticos a los dramáticos» Ignoré la ronda de personas y seguí de largo, pero... La curiosidad mató al gato.

—Maldición —Masculle regresando a el lugar abriéndome paso entre las personas.

    Al llegar a un lugar donde podía ver lo que sucedía, no pude evitar sorprenderme al ver la vitrina de los trofeos y los estantes completamente rota junto con algunos de los mismos trofeos, al igual que unos vidrios y pequeños fragmentos de esos estaban esparcidos por todo el piso.

    Inmediatamente me di la vuelta y regrese a mi camino en dirección al salón.

—¿Si viste lo que pasó, verdad? —Preguntó Casper.

—La vitrina esta rota —Respondí sin interés.

    El me miró intrigado y yo lo mire de soslayo, caminábamos uno el lado del otro mientras nos mirábamos como cómplices.

—No dormiste bien —Afirmó con una sonrisa en la comisura de sus labios, y yo le regalé media.

—Aparte un imbécil me dijo que tenía que cortarme el cabello para mañana o si no me quedaría afuera —Agregué un tanto molesto mientras movía mi lengua dentro de mi cavidad bucal —Estúpido.

—Te vez tierno cuando te enojas Ley —Su comentario hizo sentir mi cara arder —También cuando te sonrojas.

—Deja los cumplidos —Repliqué con la cara totalmente rojo.

    Llegamos al salón y yo sólo caminé hasta llegar a mi lugar, todos estaban fuera de sus lugares con algunos regalos en mano.

—Hago lo que quiero Ley —Dijo sentándose ha mi lado —Toma.

    Mire y me estaba entregando una pequeña caja de color azúl rey o... ¿Morado? No sé sólo que era uno de esos dos.

    Regresé a mirar a Casper y tenía una sonrisa y se le notaba algo nervioso —Feliz día —Agrego y entendí de que se trataba, me había dado algo por el día de hoy.

    Abrí la pequeña caja y no pude evitar sorprenderme al ver el contenido de la pequeña caja, un anillo que parecía ser de oro, creo no sé... Mire a Casper y este me miraba como esperando una respuesta de mi parte.

—Emm, no se que decir Casper —Dije, parece un anillo de compromiso, lo saqué y me lo coloque en el dedo anular, me quedaba justo —Me gusta en serio.

    Esas cuatro palabras fueron suficientes para hacerlo sonreír de par en par, mire el anillo, en serio me gusta... Todo lo que venga de el me gusta, creo.

—Yo no me quedo atrás —Dije y puse mi mochila en mis piernas mientras buscaba mi pequeño regalo para el —Toma —Dije entregándole una caja igual de pequeña que la de el, pero la mía era roja y tenía un listón en ella.

Diario de un Asocial ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora