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—¿En serio tengo que ir...? —Pregunté a mi padre nuevamente.

—Se que prefieres las clases en casa, pero... Tienes que descubrir el mundo en todo su esplendor, no puedes mantenerte en tu habitación con tus audífonos y un libro todos los días, sal y haz, amigos —dijo mientras ajustaba mi corbata del uniforme.

—Que poético —Ironice y él rio.

—Anda, te llevo —Dijo mientras salía de mi habitación —Y no...

—Aceptas un no como respuesta, ya sé —Tomé mis cosas y las metí en mi mochila, sin faltar mis audífonos y un libro, para leer.

Salí de mi habitación y caminé por él apartamento hasta llegar al cuarto de estar donde se encontraba escuchando Connection de OneRepublic.

Mi padre me ha convencido de ir a la preparatoria este año, el primero ya que soy de nuevo ingreso, y la verdad no sé cómo lo consiguió, nunca me gustó, ni me interesa, pero bueno, solo se vive una vez así que acepté, será una mala idea, puedo sentirlo, es más, lo sé.

—Vámonos pues —Él se dio cuenta de mi presencia, apagó él reproductor, tomó las llaves del coche y se acercó a mí.

—Bueno, vamos que se hace tarde —Abrió la puerta del departamento y salimos.

Caminé por el pasillo hasta el elevador con el susodicho a mi lado con sus audífonos puestos.

—Camile llega el viernes, ¿No es increíble? —Mi atención fue robada casi instantáneamente cuando pronunció esas palabras.

—No es broma, ¿Verdad? —Odio las bromas.

—Jamás bromearía con algo tan serio Ley —Afirmó y yo estaba más que Feliz.

Bueno, como ya habrán escuchado me llamó Ley, Ley Jobs y tengo 15 años.

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De camino a la preparatoria sólo me arrepentía cada vez más y más, sabía que no era buena idea.

—¡Ley! —Exclamó mi padre, y yo salí de mi mundo.

—¿Mmh? —Cuestioné.

—Ha llegado a su destino —Mi padre imitó la voz de un GPS y yo mire por la ventanilla.

Inhala, Exhala —Repetía mentalmente antes de salir —Y no te orines.

—Okay, A-Adiós papá —Dije tomando mi mochila para salir del Honda.

—Bueno, esto, no te podré venir a recoger —Titubeó rascado su cabeza —Pero toma, puedes tomar un taxi de regreso Ley —Terminó diciendo y yo volví a suspirar, me entregó en dinero junto con lo de mi mesada.

—De acuerdo —­Finalicé bajando del auto.

—¡Suerte! —Lo escuché decir.

Yo solo pude girar mi rostro y sonreír nervioso, giré nuevamente y mire él colegio delante de mí, esto sería nuevo para mí, hace tiempo no venía a una escuela como esta, donde tenía que interactuar con las demás personas, algo que nunca me gusto hacer.

Cogí nuevamente aire y comencé a caminar pesadamente al interior del colegio, me sentía incómodo entre tantas personas, ya que nunca o casi nunca estaba entre ellas, o hablaba con ellas, no me gusta, honestamente me agobia mucho estar entre ellas, e interactuar principalmente, no se me es fácil.

A mí mejor déjame en una habitación con libros y buena a música, y así todo el mundo está contento, al igual que yo, de alguna manera u otra, por que como dice mi hermana Camile "Uno no extraña lo que no tuvo o tiene" casi nunca tuve un amigo, y digo "casi" porque si no mal recuerdo yo tenía uno, hace mucho.

Diario de un Asocial ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora