Alpha17-03

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Media: Kiss the Sky por Cash Cash

Emil y Michele estaban acostumbrados a presenciar los cambios de la familia Plisetsky

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Emil y Michele estaban acostumbrados a presenciar los cambios de la familia Plisetsky. Siempre les parecía algo realmente prodigioso, pero ya estaban acostumbrados a verlo por ser la escolta personal de Yuri mientras estaba en la federación.

Yuri pertenecía a una especie humanoide polimórfica casi extinta llamada Juve. Tenían la habilidad de controlar la forma en que envejecían y rejuvenecían, dependiendo siempre de la cantidad de comida que consumían. Sus cuerpos metabolizaban el alimento con una rapidez impactante, convirtiéndolo inmediatamente en parte del cuerpo. Por el contrario, si disminuía su consumo de alimentos durante cierta cantidad de tiempo, su cuerpo rejuvenecía.

Los Juve tenían la habilidad de rejuvenecer a otras especies, aunque no de la misma forma que podían hacerlo ellos mismos. En otras especies tan solo podían impartir o quitar energía vital.

Casi todos los Juve tenían una mutación que les era particular. En el caso del padre de Yuri, su mutación consistía en producir de forma secundaría energía nuclear. En Yuri la mutación se manifestaba al producir energía eléctrica pura. La mutación de su abuelo consistía en crear campos electromagnéticos mientras que la de su madre había sido crear energía radioactiva.

Aparte de Yuri solo quedaban seis Juve más en todo el universo, por lo que gozar del favor de un Juve era algo extremadamente especial.

Yuri era el primer Juve que permitía que lo analizaran hasta cierto punto para intentar descubrir el secreto de su producción de energía. Por eso la federación lo protegía celosamente.

El planeta en el que se había estado alojando no era sino una base experimental cuyos ocupantes consistían principalmente en científicos y sus asistentes. Tal vez algunos habían muerto en el ataque, pero habían sido los menos. De quinientos habitantes, tres cuartas partes habían sido evacuadas antes de que las naves enemigas llegaran al cuadrante.

La información recopilada seguramente había sido transmitida de forma segura a algún otro centro experimental. Solo estaría allí en la federación hasta que decidieran en qué otro lugar tenía que estar para continuar con los experimentos. Además, estar allí significaba otra cosa. Su fortuna aumentaría.

La federación pagaba por el tiempo que permanecía en la base experimental. Era como un salario fijo muy bien pagado. Pero al estar en la base la oportunidad de contacto con otras especies era limitado. Gran parte de su fortuna la había ganado rejuveneciendo clientes. Él era como un oasis ambulante, una cura milagrosa que no tenía efectos secundarios. Por eso sus servicios tenían costos exorbitantes.

Sin embargo, en esos momentos su prioridad era su abuelo. Por alguna razón se había permitido envejecer hasta el punto de no poder reconocer a su nieto y eso no lo podía permitir. Seguramente se llevaría una buena reprimenda por parte del hombre, pero no le importaba. Él quería hablar con su abuelo, saludarlo, ver cómo le iban las cosas.

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