Víctor y Yuuri son dos agentes acostumbrados a trabajar en solitario y que repentinamente son asignados a un mismo equipo. Ninguno está acostumbrado y para completar, está ese asunto del discurso de graduación que ambos tenían que trabajar. Claro...
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Llegaron a su destino sin contratiempos y sin atrasos, cosa que tenía al líder de la misión de muy buen humor, eso y que había estado medio molestando a su segundo al mando durante casi todo el camino. Yuuri estaba de un humor de los mil demonios y era fácil notarlo en su semblante.
Fueron recibidos por personal de seguridad de la nueva instalación científica despejando así sus temores. Yuri Plisetsky fue recibido como si fuera el príncipe de alguna dinastía por los científicos del lugar que no hacían más que deshacerse en sonrisas y gestos de amabilidad para con él. Finalmente fueron relevados y enviados a descansar del viaje.
Mientras tanto, Yuri fue llevado a un recorrido por las instalaciones del lugar. Los científicos hablaban y hablaban y él comenzaba a sentirse mareado con todo. En ese lugar solo había una cosa que era de su interés, pero su paciencia con los científicos comenzaba a agotarse. Fue por eso por lo que decidió tomar cartas en el asunto por sí mismo.
—Quiero verlo —dijo sin rodeos.
—¿Disculpe?
—No se hagan los tontos. Quiero verlo.
Los científicos intercambiaron miradas nerviosas y ninguno sabía qué responder hasta que apareció uno de los científicos en jefe. Él mandó a que todos los otros científicos los dejaran solos mientras iban a una sección de alta seguridad.
—El sujeto en cuestión ha sido clasificado como altamente peligroso y no creo que sea seguro que nos acerquemos —intentó disuadirlo con un tono amable y conciliador.
—Yo decidiré eso.
—Joven Plisetsky, como director de esta estación científica debo advertirle que aquí no podrá hacer lo que se le plazca como en otros lugares.
Yuri sonrió, más por el hecho de haber sido llamado joven que por otra cosa. Luego sus ojos se volvieron a ver al hombre con una expresión fría.
—¿Entonces piensa que puede retenerme aquí de otra manera? —el hombre no mostró signos de nerviosismo, pero Yuri sabía que lo estaba pues había notado la pausa mental del otro.
—Este lugar será la última estación científica que tenga que visitar.
Yuri se acercó al hombre y lo tomó del brazo con una mano y de la nuca por el otro. De esa forma le fue posible susurrar en su oído.
—De todas las habilidades que han estudiado de mí, hay una que no han podido registrar, no importa la cantidad de veces que la estudien. ¿Quiere saber cuál es?
El científico se había quedado muy quieto pues el rubio parecía tener un as bajo la manga.
—Debo decirle que mi cuerpo ha sido modificado para no ser afectado por descargas eléctricas como las suyas, ni podrá tampoco rejuvenecer mi cuerpo.
