Víctor y Yuuri son dos agentes acostumbrados a trabajar en solitario y que repentinamente son asignados a un mismo equipo. Ninguno está acostumbrado y para completar, está ese asunto del discurso de graduación que ambos tenían que trabajar. Claro...
Se va sin media por el momento. Gracias a todos por esperar, luego arreglo todo. :D
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A media mañana llegó el resto de la manada a ver al alfa. Solo faltaban los resultados de las pruebas y ver que todo estuviera bien para que le dieran de alta.
Ya todos habían sido informados de lo sucedido en detalle por lo que no había muchas preguntas, más bien estaban allí para esperar a que el alfa saliera del hospital.
Jean se notaba un poco pálido, aunque su sonrisa seguía igual de resplandeciente. Lo sucedido le había afectado, pero había resistido el estrés mejor que otras veces gracias al apoyo de Yuuri.
A la hora de ir a dormir, cuando Jean comenzaba a sentirse mal, Yuuri se acercó y lo abrazó, percibiendo su malestar. Luego de eso ni Víctor ni Seung habían podido separarlos por lo que habían optado por dormir todos en la sala donde los sofá eran igual de cómodos. El olor de las feromonas mezcladas del grupo parecía haberse sintonizado, armonizándose los unos con los otros. Hasta Víctor tuvo que admitir que había dormido mucho mejor que cuando lo hacía solo con Yuuri.
Tal vez esa era la razón por la que el grupo parecía más unido.
Chris ya había notificado al equipo médico de sus intenciones de morder a Masumi antes de que saliera del hospital. De esa forma si pasaba algo no tendrían que regresar repentinamente. Lo que no estaba seguro era de hablarlo con los demás. Morder a Masumi era algo que le parecía extremadamente privado. No le había contado su historia a ninguno y sacar a colación el hecho de que no había mordido aun a su alfa podía traer preguntas incómodas. Masumi también estaba de acuerdo en que era algo demasiado privado y en su opinión debían hacerlo ellos solos. Luego si alguno de los del grupo se daba cuenta podrían ponerse de acuerdo en qué decirle.
Con todo, aunque fuera solo para probar su teoría, no podía evitar sentirse nervioso. No quería pensar en lo que podría pasar si Masumi tenía razón y lo de la mordida salía mal. El famoso tiro por la culata.
—Te trajimos algo de comer —exclamó Yuuri alegremente mostrándole un paquete envuelto, —para Masumi también, si se lo permiten.
—Él ya está mejor, de seguro le permiten comerlo, pero creo que tardarán un poco en darle de alta como hasta la hora del almuerzo.
—¿En serio? Pensé que lo harían en la mañana, es lo usual.
—Hay algunas pruebas más que todavía no han discutido con nosotros. Cuando sea hora puedo llamarlos —se sintió un poco mal al mentirles, sin embargo, sentía que era lo mejor.
Yuuri hizo un pequeño puchero y Jean dio un suspiro. Masumi sonrió al verlos preocupados.
—Todo estará bien —les aseguró con su voz calmada de siempre. —Será menos tedioso para ustedes, especialmente para Jean, esperar en el apartamento. Luego, cuando me den de alta, podemos salir a distraernos un poco.
