Víctor y Yuuri son dos agentes acostumbrados a trabajar en solitario y que repentinamente son asignados a un mismo equipo. Ninguno está acostumbrado y para completar, está ese asunto del discurso de graduación que ambos tenían que trabajar. Claro...
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Víctor había aceptado hablar con Yuuri, pero no fue hasta dos días después que se sintió realmente preparado para hacerlo. Los sedantes ya estaban completamente fuera de su sistema y podía pensar con un poco más de claridad, aunque eso no quitaba que se sintiera como una basura humana.
La conversación se llevaría a cabo en una salita de la enfermería, semi privada y con una pared de cristal desde donde serían vigilados. Solo lo que hablaran era privado. Además, cada uno tenía acceso a un botón de emergencia.
Él llegó primero a la habitación, observando todo y escuchando la explicación que le daban las enfermeras de cómo usar el botón de emergencia. Se sintió incómodo, pensaba que en todo caso deberían explicárselo a Yuuri, quien sería el que más riesgo correría con esa reunión.
Yuuri llegó unos minutos más tarde, flanqueado por un par de enfermeras y sonriendo levemente mientras ellas le hablaban, seguramente, explicándole todo. Bajó la cabeza, la vergüenza era demasiada, por lo que no pudo ver la mirada preocupada del moreno sobre su persona.
Yuuri se sentó en el sofá justo frente a Víctor y esperó entre sonrisas a que las enfermeras los dejaran solos. Estuvo un rato en silencio, esperando que Víctor lo mirara a la cara, pero al parecer eso no iba a suceder. Tenía una especie de interruptor que era el botón de emergencias y sabía que, si lo soltaba, las enfermeras entrarían por lo que no podía siquiera mostrarle al alfa que confiaba en él.
—N-nikiforov... ¿cómo te sientes? —la voz de Yuuri era al parecer normal, pero a Víctor le sonó tan dulce y atrayente que no pudo evitar levantar los ojos en su dirección. Era como un faro mostrándole el camino. Sin embargo, él no podía simplemente seguir esa guía.
—Estoy... bien. Tú... ¿cómo estás?
—Perfectamente bien. Tengo un implante nuevo, pero solo está funcionando para recopilar información. Así que... no está controlando mis feromonas realmente. ¿Tu implante tampoco está funcionando? Hueles a cítricos...
Víctor bajó la cabeza de nuevo y el moreno se apresuró a disculparse.
—Lo siento. No quise decir nada con eso... o sea... lo que quiero decir es... que hueles... bien... —se sonrojó hasta las orejas al decir aquello. Definitivamente no era lo que había planeado decir por lo que se aclaró la voz y se enderezó en el sofá. —Yo quería hablar contigo antes de tomar una decisión importante —le dijo con tanta seriedad como le era posible.
—¿Es algo que tiene que ver conmigo? —susurró el ojiazul sin levantar la vista. Yuuri asintió y de inmediato lo atacaron los nervios.
—Sí... es relacionado con lo que sucedió en la misión. No quería hacer nada sin consultarlo primero contigo. No quiero... exponerte innecesariamente.
