Víctor y Yuuri son dos agentes acostumbrados a trabajar en solitario y que repentinamente son asignados a un mismo equipo. Ninguno está acostumbrado y para completar, está ese asunto del discurso de graduación que ambos tenían que trabajar. Claro...
Media: Rock Bottom, por Hailee Steinfeld, cover por Olivia Penalva (ft Robin Ghosh)
La historia de Chris y Masumi continúa en este capítulo. Pronto la historia retomará a la pareja principal y parte de lo que va sucediendo con Jean y Seung. Gracias a todos por la paciencia. Espero no haber tardado tanto esta vez.
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Cuando Yuuri y Jean llegaron acompañados de Seung, lo primero que hicieron fue ir directo a la cama para asegurarse de que Masumi estaba bien. No importó que Víctor tratara de calmarlos, ellos tenían que verlo por sí mismos y ver que estaba bien. Cuando estuvieron satisfechos, su atención se volcó en dirección del rubio omega. Yuuri lo abrazó primero y por encima Jean también lo abrazó. Víctor hizo un leve puchero y el ceño de Seung se oscureció un poco, pero nada de qué preocuparse.
Seung había estado muy preocupado, no solo por Masumi, sino por ambos omegas, especialmente el suyo. Sus estados eran más que delicados y temía que el suceso les causara demasiado estrés. Todavía recordaba los primeros meses de Jean, cuando cualquier cosa era suficiente para que desmejorara. No quería volver a eso por lo que vigilaba celosamente a su omega.
Masumi en la cama sonreía levemente al verlos. Tenía un parche medicado sobre el golpe en la cabeza. El mismo le administraba medicamento para el dolor y para bajar la inflamación así como un anticoagulante que iba disipando con rapidez el hematoma. Se sentía bastante lúcido y lo mejor era que los deseos de lastimar a Chris habían desaparecido.
Los doctores le habían prometido unos supresores más eficientes. Lo único que le causaba roña era que pronto tendría que explicarle en detalle a Chris y eso no le hacía nada de gracia. El omega seguramente esperaría a que todos regresaran al apartamento para comenzar su interrogatorio.
Y en efecto así fue. Cuando los omegas finalmente se fueron acompañados de sus parejas y solo ellos dos quedaron en la habitación, Chris acercó un poco la silla de hospital a su cama y se le quedó viendo con seriedad.
—Nunca vuelvas a asustarme de esa forma —fue lo primero que le dijo. Masumi parpadeó con rapidez tratando de procesar lo que el omega acababa de decir. ¿No era eso lo que les decías a las personas que te importaban? No supo cómo manejar aquella expresión y se quedó sin saber qué decirle en respuesta.
—No tienes que verte tan sorprendido. Solo quiero saber por qué lo hiciste. No pareces ser el tipo de persona que se sobrepasaría con los medicamentos.
Masumi bajó la cabeza y sujetó la sábana de hospital con fuerza. No era que su personalidad fuera pusilánime ni complaciente, mucho menos tímida. Era que la vergüenza de sus actos para con Chris lo golpeaba constantemente. Por eso decidió que al menos podía contestarle eso.
—Yo... sentí que corrías peligro.
—¿Qué?
—Se sentía como si fuera a atacarte de nuevo. No podía permitirlo.