Víctor y Yuuri son dos agentes acostumbrados a trabajar en solitario y que repentinamente son asignados a un mismo equipo. Ninguno está acostumbrado y para completar, está ese asunto del discurso de graduación que ambos tenían que trabajar. Claro...
Lamento la espera, finalmente con otro capítulo listo. Espero lo disfruten.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Yuuri corrió hacia el elevador gravitacional y prácticamente se lanzó al interior, empujándose con fuerza hacia arriba y saliendo en el segundo piso con un salto perfecto. Sin embargo, emitió un sonidito poco característico al ver que Víctor ya venía subiendo también. Corrió hacia la cama y tomó una almohada como escudo, atrincherándose en la esquina más alejada y viendo cómo el alfa se acercaba a donde estaba con paso firme y decidido.
—Víctor, yo... en serio, no sé por qué hizo eso. No fue mi culpa.
El peliplateado lo tomó de la muñeca al llegar frente a él y lo empujó hasta tenerlo recostado en la cama teniendo cuidado de no hacerle daño, pero dejándole en claro que le iría mejor si no se resistía.
—Yuuri, acabo de descubrir que no me gusta que nadie más te toque. Me pone muy mal —gruñó con lentitud.
—Chris no lo hizo con mala intención, estoy seguro. Ya te dijo que no le intereso, además-
Se detuvo al escuchar el gruñido molesto de su pareja.
—¡No lo defiendas! Haces que quiera morderte —le dijo con rabia y con un fuerte bochorno que lo hizo poner de un rosado nada halagador. La respuesta a todo el asunto le vino de inmediato y no pudo evitar soltarla.
—Víctor... ¿estás celoso?
—Claro que no —se mordió los labios al decirlo y por alguna extraña razón a Yuuri se le derritió el corazón al verlo. —Yo no soy del tipo que se pone celoso por cualquier tontería.
El alfa le quitó la almohada y se hundió en su cuello para morderlo levemente haciendo que su cuerpo se estremeciera. Sin embargo, había algo que se removía en lo profundo de sus pensamientos y era la forma de actuar de aquella pareja y su olor.
—Víctor... tú... ¿lo notaste? —por unos instantes el alfa se quedó en silencio, pero luego asintió lentamente. Era imposible no darse cuenta de que aquella nueva pareja estaba en problemas de la misma forma en que habían notado que Jean estaba en problemas.
—Lo noté, pero justo ahora no quiero hablar de ellos. No mientras mi cuerpo arde de celos porque alguien más te tocó.
Yuuri le dio una mirada fija y seria por al menos un minuto mientras veía al alfa. La actitud de Víctor le erizaba la piel. Su voz llena de celos prometía que sería devorado por completo.
—Dijiste que no eras celoso —sonrió suavemente para luego dar un largo suspiro— bien, hablemos después —accedió en un hilo de voz, demasiado afectado por la voz y el aura de su alfa.
Lo primero que hizo Víctor al sentir que Yuuri se rendía fue calmarse y volver a hundir su cabeza en el cuello del otro para aspirar aquel aroma que lo volvía loco. Cada día el olor del moreno cambiaba a uno más y más atrayente, no quería perder ni un segundo de aquel fenómeno.