❝ Treinta días ⌜ ᴅᴄ - ᴄʟᴀʀᴋᴊᴀʏ ⌟

Día 14

CAMBIO DE GÉNERO

Notas de autor:
Antes de comenzar con este capítulo debo de aclarar que me resulta muy difícil cambiar el género sexual de la pareja principal. Realmente lo intente, escribí varias veces pero siempre termine quedándome en blanco. Por eso mismo he decidido solo cambiar la sexualidad de uno de los personajes, solo uno. Nuevamente, me cuesta con Clark y Jason, me gustan así tal cual son.

Clark se frotó las sienes una vez más, tratando de comprender bien la clase de venta que estaban realizando. El hombre de acero ayudaba arduamente a que la granja se mantuviera, era su hogar después de todo y era el mismo lugar donde su madre mantenía vivo sus recuerdos. Sabía bien que ella aún estaba dolida por la pérdida de Jonathan, y que su nieta tuviera un nombre cercano al de su marido era suficiente como para llenarla de alegría.

Johanna. Su amada hija, el fruto de su amor con Lois, era todo lo que tenía... y él en vez de seguir con la contabilidad se perdía en la distancia: Porque ella no estaba sola, no, estaba junto con Damian Wayne, comiendo bajo un árbol.

No es que no aprobara al hijo de su amigo, aunque sí desaprobaba sus arranques locos de haber amordazado a su pequeño ángel y tener kriptonita en medio; pero para Clark era demasiado frustrante saber que ni bien había nacido Johanna, la marca había aparecido inmediatamente en su espalda baja.

Su hija no era del todo suya, ya pertenecía a alguien. Damian Wayne cortejaba a su modo y ahora con la cercana pubertad podía notarlo. Crack. Nuevamente rompió el bolígrafo en su mano.

—Es el quinto, Kent. —La pluma le fue retirada y reemplazada por otra; tuvo que alejar la mirada del momento en que su hija ponía una uva en la boca del Wayne quien sonreía bastante sagaz.

—Lo siento. —Jason estaba a su lado, entregándole una nueva taza de café y tomando asiento a su lado; el forajido le arrebato el cuadernillo e hizo una mueca.

—Bien. Debes de dejar de acosar al engendro y a Nana, y dedicarte a acabar esto. —Dejo de nuevo el objeto sobre la mesa y se cruzó de brazos —La señora Kent y yo ya terminamos de poner todo en la camioneta y si no tenemos el total de todo lo que se va a vender, esos bastardos acabaran robándose toda la mercancía. —Asintió, más nuevamente miraba desde su sitió a los menores.

Sintió como le tomaban de la barbilla y le hacían girar con fuerza. Los verdes eléctricos de su pareja le amenazaban.

—Kent...

Clark refunfuño.

—Gracias por la cena, má. —Martha simplemente movió su mano como si no fuera para tanto y se retiró a lavar los trastes, Clark entre tanto fue hasta la sala de estar donde su novio e hija se mantenían, observando una película.

La escena le parecía adorable, pues Johanna parecía dormitar, sentada en las piernas del otro azabache mientras este la acurrucaba con cuidado y le peinaba los cabellos. Solo cuando ingresó unos cuantos pasos los ojos de Jason dejaron la pantalla y en silencio le entregó a su niña a brazos.

Clark la llevó hasta su recamara, que no era como el de una niña común. Tenía muchas cosas referentes a héroes, autos monstruos, un set de béisbol y posters de bandas de rock. Lo único 'suave' era un oso de peluche.

Cuando salió de allí, Jason le esperaba en el corredor y le hizo algunas señas para que salieran a sentarse sobre el tejado.

—Debes de dejar los celos paternales.

—No sabes por lo que estoy pasando.

—O créeme que lo sé. Nana me agrada, es mil veces mejor que Damian, pero él es mi hermano y lo apreció a mi manera. —Silencio —Confía en él.

—Lo hago. —Lanzó un suspiro, sintiendo el viento nocturno chocar con su rostro.

—No. Lo intentas. —Jason se recargo en su hombro —Justo como Bruce cuando se enteró que estábamos saliendo. —Rieron un poco —Como sea... pronto ella cumplirá los trece. Luego catorce y de ahí en adelante. Sé que la adoras, es tú hija, pero así es la vida. No me digas que tú y Lois nunca hicieron cosas locas que de seguro desaprobaría el señor Lane.

Clark se mordió el labio y asintió. Una vez habían actuado de manera muy exuberante, exhibiéndose a tales horas de la madrugada, solo teniendo la capa de su traje como prenda. Suspiró —Tal vez... tienes razón. Aunque es una niña, de ser niño-

—Ocurriría lo mismo. —Le pellizco la cadera el más joven —No pienses que por solo tener aparatos reproductores diferentes eso afecta en algo. Ella es una súper, es fuerte como tú, y seguro será igual de intrépida que su madre. —Esta vez le beso la mejilla —Y no creas que no habrá veces en los que le patee el trasero a Robin.

Se encogió de hombros —Tal vez eso si me agrade.

Jason lanzó un lamento exagerado —Padres, ¿Quién los entiende?

Clark lo codeo divertido y le dio la razón. Sí su hija hubiera nacido como varón, él seguiría siendo sobreprotector.