Día 16

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RUTINA DE LA MAÑANA

(Los domingos)


Clark ya se había acostumbrado (con bastante gusto) a las usuales mañanas donde no tenía que trabajar, ósea, domingos. Descansaba con total agrado, después de tener que vigilar Metropolis y saber que su ciudad no era tan peligrosa como Gotham (Aunque de vez en cuando trataba de vigilar a Lex Luthor, ese hombre era una caja de sorpresas).

Aquella mañana, como cada semana, podía escuchar música proviniendo de la radio vieja de la cocina. Sonrió al escuchar la voz de Freddie Mercury, Queen, Somebody To Love. Claro, con elementos de más: Movimientos de sartenes y cubiertos, junto a una tetera chillando; y la voz de Jason cantando casi a todo pulmón. Eso debía de significar que él era el último en despertar.

Se sentó en la cama, tomo por instinto los lentes sin aumento y abandono la cama. Vago hasta el baño para cepillarse los dientes, justo en eso la voz de Jon proclamando por bastante tocino resonó durante el solo de guitarra de la canción. Negó, sabía que Jason se los daría sin chistar.

Vacío su vejiga y finalmente bajo las escaleras para llegar a la primera planta, sonriendo cuando las voces de las dos personas que tanto atesoraba seguían a la par la disminución de voz y prontamente ascenso: Find me, somebody to love.

Cruzó el arco de la cocina captando la atención de los más jovenes, notó que ya había cuatro platos de comida sobre la mesa. Justo en la parte donde Freddie cantaba agudamente, Jason le señalo con la espátula, sonriéndole de esa manera que solo lograba enrojecerlo y que 'miles de mariposas revoletearan' en su abdomen — ¡Ew, no! —Su hijo abandono rápidamente la cocina con su plato en manos —Siempre se ponen de melosos. ¡Le diré a la abuela que no entre!

Su amante soltó una carcajada, dejando de golpe la espátula sobre la encimera y corrió a su dirección, colgando sus brazos alrededor de su cuello — ¡Jon! —El menor giró el rostro a medio camino y el forajido sin espera estrelló sus bocas en un beso demandante. Clark no dudo en rodearlo por la cadera y corresponder, un poco más leve a la intensidad que estaba dando Jason al contacto.

En el fondo escuchó al menor hacer como si tuviera arcadas y huir lejos, gritando: ¡Abuela, detenlos!

Se separaron casi jadeantes —Sabes a tocino... y conoces bien lo que opino de ser indecentes frente a Jon. —Le reprochó.

Tenemos la ropa puesta, estamos siendo decentes. Ahora, bésame, grandote. —Y lo hizo sin poder negarse (Jon ya no estaba presente), mientras la banda de la radio terminaba con la canción.

Y cuando Martha Kent ingresaba diciéndoles que fueran más prudentes frente a su adorado nieto.

❝ Treinta días ⌜ ᴅᴄ - ᴄʟᴀʀᴋᴊᴀʏ ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora